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Nueva egresada de Preparatoria Jordan tiene las miras puestas en otra escuela de HISD

2013 November 15
by HISD Communications

En esta entrega semanal de Yo soy HISD, que presenta perfiles de estudiantes, graduados, empleados y otros miembros del Equipo HISD, Alejandra Ortega, miembro de la Generación 2013, habla sobre por qué a veces se sentía un poco fuera de lugar junto a sus compañeros a pesar de haber sido valedictorian en la Escuela Preparatoria Jordan, cómo logró generar más de $700.000 en ofertas de becas, y qué escuela del distrito quiere dirigir algún día.

Tengo entendido que eres la primera persona de tu familia inmediata que se gradúa de la preparatoria. ¿Qué te motivó a decidirte por la educación superior y por qué esto es importante para ti?

En cierto sentido, diría que fueron mis padres y sus dificultades. Mi madre obtuvo su diploma de GED 20 años después de haber abandonado la preparatoria y mi papá nunca se graduó, pero con el tiempo, pudieron abrirse camino en la vida. Sé que suena como un cliché, pero creo que es cierto que la educación abre puertas. Hace un año, no me imaginaba que podría asistir a una de las mejores universidades del país, pero ahora tengo una beca completa. Quiero creer que es el resultado de mi arduo trabajo. Se cosecha lo que se siembra.

¡No es broma! He oído que acumulaste más de $700.000 en ofertas de becas de varias organizaciones, incluso Burger King, el Foro Hispano de Houston y diez universidades, una de las cuales te ofreció más de $100.000. También sé que tu parte equivalía a un tercio del total de ofertas de becas que tu generación de Jordan recibió. Con tantas opciones excelentes, al final ¿cómo decidiste a qué universidad ir?

Desde el principio pensé que iba a asistir a la Universidad de North Texas, porque sabía que ofrecen becas completas a las familias cuyos ingresos están por debajo de cierto nivel. Y tienen un programa para la docencia, por eso me parecía que esa beca era alcanzable. Pero cuando estaba en el undécimo grado, fui a UT a una competencia de UIL y tuve una sensación instintiva inesperada. Visité UT cuatro veces antes de decidirme. Sabía que tenía que estar allí. Me encantan su tamaño, la diversidad y las oportunidades que ofrece.

¿Cuál es el secreto para generar tantas ofertas de becas? ¿Qué consejos les darías a otros estudiantes que quieren hacer lo mismo que tú?

Lo más importante es seguir solicitándolas. Eso era lo que mi consejera, Sara Morris, siempre recalcaba. Si no presentas una solicitud no tienes la oportunidad. Sé de una beca que se otorga a 13 estudiantes, pero solamente 11 presentaron una solicitud, y todos la recibieron. Hay que enfocarse en lo que cada organización en particular busca. Y hasta que uno no hace la prueba, no sabe.

Mi papá me dijo, “Mira, yo no puedo darte un cheque para pagar por la matrícula, pero si de verdad quieres ir a la universidad, sé que lo lograrás”. Yo no quería que mi situación económica fuera un obstáculo, así que seguí enviando solicitudes. Mi meta original era solicitar 50 becas, pero terminé enviando más de 60 solicitudes. Cuando supe que podría ir a UT me dije, “Ok, ya no más, ahora voy a ayudar a otros con sus solicitudes”.

Ahora asistes a la Universidad de Texas en Austin como Forty Acres Scholar. Tengo entendido que se trata de un programa muy prestigioso. ¿Cuándo te enteraste de ese programa? Los estudiantes que van a graduarse, ¿pueden solicitar admisión al programa o deben ser nominados?

Todos pueden solicitar admisión al programa, y yo me enteré de eso de manera curiosa. Mi mamá es la secretaria de la Escuela Secundaria McReynolds, y un día yo estaba ayudándola a la salida de clases. Mi profesora de álgebra de octavo grado, la Sra. Lynn Graham, estaba allí y me habló sobre el programa y me contó que su hijo participaba en él. Yo recuerdo haber respondido con algo como “Bueno, le agradezco que haya pensado en mí, pero no me parece que yo pueda lograr eso. He leído las biografías de algunos de los Scholars y la verdad es que son gente asombrosa”.

Un momento. Tú fuiste valedictorian de tu generación y recibiste premios en diseño gráfico, Junior Reserve Officer Training Corps, y muchos otros. Hasta te nombraron cadete de JROTC sobresaliente del año dos veces. ¿Por qué no creías que estabas a la par de los otros estudiantes?

No estoy segura. No es que yo me haga de menos. Es que siempre sentí que podría hacer más. Toda esa lista de actividades y reconocimientos son cosas que surgieron porque yo me enteraba de algo y pensaba, “Oye, eso es interesante. Tal vez deba hacerlo. Quizá deba intentar colocarme en un puesto de liderazgo”.

Fue mi profesor de Estadística AP, el Sr. Griffin Seifried, quien me dijo, “¿Sabes qué? No tienes que ser la niña perfecta. No hay nada de malo en fallar o cometer errores”.

¿Cómo te decidiste por una carrera de docente en lugar de integrarte en las fuerzas militares o convertirte en una artista profesional? Y con intereses tan diversos, ¿cómo puedes elegir qué estudiar?

Me decidí por la enseñanza cuando era chica; lo que no sabía era qué materia iba a enseñar. En un momento dado, estaba convencida de que iba a enseñar matemáticas de nivel secundario o de preparatoria, gracias a mi profesor de pre-Cálculo y Cálculo AP, el Sr. Mahmoud Merhi, y a mi profesora de matemáticas de sexto grado, la Sra. Elizabeth Schaadt. Me fascinaba la manera como el Sr. Merhi hacía aparecer las ecuaciones como por obra de arte, y fue gracias a la Sra. Schaadt que me inscribí en clases Pre-AP, aunque inicialmente yo me sentía incierta en cuanto al nivel de dificultad de las clases. Sin ese empuje, no estoy segura de que me hubiera llegado a graduar como valedictorian

No obstante, recientemente cambié mi orientación académica, y ahora me voy a dedicar a obtener un título en Educación Bilingüe, y cuando obtenga el título podré enseñar a estudiantes de Jardín de Niños hasta 6to grado. No estoy completamente segura de a qué nivel de grado voy a enseñar, pero todavía me gustaría enseñar matemáticas en el futuro.

¿Por qué te atrae tanto la enseñanza?

Creo que enseñar es una aventura diaria. Sabes adónde vas, pero en realidad no sabes cómo vas a llegar allí. Y esa incertidumbre es lo que me parece tan interesante. Me gusta ayudar a la gente a desarrollar su máximo potencial.

También me gustaba ser parte del equipo de marcha sincronizada en JROTC, pero en realidad soy una persona poco convencional y por eso ser militar no era para mí. Uno de mis sargentos siempre me llamaba la atención porque yo marchaba como con un rebote en el paso. El diseño gráfico y la fotografía son pasatiempos que todavía me resultan entretenidos, y en algún momento me gustaría enseñar esas materias. En McReynolds tuve un profesor llamado Barrett Doke que impartía clases de Historia de EE.UU. y de fotografía, y yo admiraba que él pudiera dedicarse a ambas pasiones y las transmitiera a otras personas.

Dijiste que tu mamá trabaja para HISD como secretaria de la Escuela Secundaria McReynolds. ¿Sus experiencias influyeron en tus aspiraciones en alguna medida?

Sí, probablemente. Recuerdo que yo me quedaba con ella después de la salida de clases cuando iba a haber Open House en la Escuela Primaria Dogan donde mi mamá fue asistente de los maestros de educación especial y después secretaria de inscripciones, y yo veía todo el trabajo de preparación. Me parecía muy interesante. Pero mayormente, me gusta ver esa chispa que ilumina el rostro de un estudiante cuando finalmente entiende algo. Yo pensaba, “Esto bien puede ser lo que yo haga en el futuro”.

Pero el trabajo de mis sueños es regresar a la Escuela Secundaria McReynolds un día como directora, y agradezco a Jorge Arredondo por esa inspiración. Él fue el mejor director y se convirtió en amigo de la familia. Incluso él fue la primera persona que me vio cuando bajé del escenario, aun antes que mis padres.

Recientemente se publicó un artículo sobre ti en Alcalde, la publicación oficial de la asociación de exalumnos de UT. ¿Cómo se dio eso?

Siempre me sentía un poco fuera de lugar junto a los miembros de mi cohorte porque algunos de ellos asistieron a escuelas preparatorias fenomenales, viajaron fuera del país o tuvieron otras oportunidades que yo no tuve. Pero los coordinadores de Forty Acres se enteraron de que yo era la primera de mi familia en graduarse de la preparatoria, y ellos no me veían como me veía yo. Entonces decidí usar mi perfil para inspirar a otros que están en mi misma situación. Me gusta el artículo porque incluye a mi familia, y se enfoca en que ahora yo soy amiga de miembros de mi cohorte. Fue fantástico.

Si usted conoce a un graduado, estudiante, empleado u otro miembro del Equipo HISD que deberíamos presentar en esta sección, envíenos un mensaje a info@houstonisd.org.

 

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