Yo Soy HISD
En esta entrega semanal de Yo soy HISD, que presenta perfiles de graduados y empleados de nuestro distrito, el alumno de duodécimo grado de la Escuela Preparatoria Westside y miembro de la Sociedad Nacional de Honor, Mustafa Hussein habla sobre asistir a la escuela en Irak durante la guerra, adaptarse a la cultura estadounidense como refugiado y explorar nuevas oportunidades en Houston.
Durante la guerra en Irak hubo muchas interrupciones en tu vida. Te mudaste de Bagdad a una aldea rural para evitar el combate, luego regresaste a la ciudad, y por último te fuiste a vivir a Egipto. ¿Cómo era asistir a la escuela en esos momentos?
Cuando regresamos a Bagdad de la aldea, teníamos muchos días libres. Por la mañana, si oíamos disparos, nadie iba a la escuela por una semana. Cuando oíamos balazos, sabíamos que algo más iba a suceder después. La escuela era algo con lo que a veces contábamos y otras veces no.
Recuerdo una vez que fuimos a la escuela y como terminamos antes nos dejaron salir temprano. En el camino a casa, oímos el estallido de una bomba muy cerca. Era una bomba que alguien había colocado en un bote de basura junto a la escuela. La mitad de la escuela había sido destruida. Uno de mis mejores amigos murió en el bombardeo de una escuela. Otro amigo perdió las piernas. No entiendo el por qué de bombardear escuelas.
En Egipto tuve un muy buen maestro de inglés que me azotó cuatro o cinco veces porque olvidé hacer la tarea. Después, empecé a hacer mejor la tarea. En verdad era un muy buen maestro; su pronunciación era excelente.
Después de pasar 3 años en Egipto, tu familia se mudó a Houston. ¿A qué te costó más ajustarte?
Lo más difícil fue dejar mi cultura y mi gente atrás. No sabía que había tanta discriminación contra los árabes. Yo no le caía bien a la gente, no les gustaba mi apariencia. Me era muy difícil adaptarme. No hablaba bien el inglés y por eso a veces se burlaban de mí.
Mencionaste que cuando te matriculaste en la Escuela Preparatoria Westside finalmente sentiste que tenías un lugar en los Estados Unidos. ¿Por qué?
Cuando llegué a Westside, sentí que ese era el tipo de educación que yo buscaba y que estaba en las clases que quería estar. Comencé a asistir a clases Pre-AP (Pre-curso avanzado). Acaba de salir de ESL y por fin el inglés era una realidad. Tenía un poco de miedo a fracasar. Tenía que conocer más vocabulario y otras cosas difíciles, pero estudiando salí adelante.
Eres un miembro muy activo de la comunidad de Westside. Juegas al rugby, eres miembro de la Sociedad Nacional de Honor y participas en el programa Genesys Works, que capacita estudiantes de preparatoria y les consigue pasantías. ¿Qué consejos les darías a otros estudiantes que vienen a este país por primera vez?
Hay muchas oportunidades para los estudiantes. Tal vez algunos no aprovechan las oportunidades, pero las hay en todas partes. En Irak, yo no tenía oportunidades de participar en programas como estos. Cuando llegué aquí, decía, “¿pasantía? ¿te pagan? ¿te enseñan gratis? ¡No tiene sentido!” Hay muchas cosas que te motivan a desarrollar tu potencial.
Las cosas por las que yo he tenido que pasar no son nada en comparación a lo que han tenido que pasar mis padres. Ellos vivieron en Irak mucho más tiempo, han visto mucho, han luchado mucho, y todo eso para vernos triunfar, para vernos felices y seguros. Por eso quiero tener éxito, quiero hacer algo, ser alguien. Tuve la oportunidad de venir aquí, y tengo que ganarme la oportunidad y beneficiarme de ella.
¿Qué planes tienes para el futuro?
Deseo mucho graduarme de Texas A&M con un título en ingeniería civil o petrolera. Y quiero demostrar a mi familia mi agradecimiento. Reconstruiría la casa de mi abuelo en Irak que fue destruida. Las reconstruiría para que mi familia pueda vivir allí.
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