Enfermedad de estimado profesor inspira estudiantes a dar de sí, literalmente

El lunes 9 de septiembre, la Escuela Preparatoria para el Orden Público y la Justicia Criminal era un mar anaranjado. El color anaranjado es el color que se asocia con la leucemia, y la escuela se organiá para apoyar a un maestro que necesitaba donaciones de sangre. Dos unidades móviles de Gulf Coast Regional Blood Center recibieron a unas 60 personas entre estudiantes, miembros del personal, ex alumnos y hasta padres de familia que se presentaron a donar sangre para el maestro de justicia criminal Donald Chasteen.

Chasteen se reintegró en el plantel de la escuela al final del verano, pero según nos cuenta la maestra Luevenia Lewis, no se veía bien. “Cuando llegaba  la hora del almuerzo dijo que no tenía apetito, supe que algo andaba mal”, dijo Lewis. Entonces, lo llevaron a una sala de emergencias cercana.

El diagnóstico de Chasteen, quien ha dado clases en esa preparatoria durante 10 años, fue leucemia, y ya hace un mes que está en el hospital donde ha recibido casi 30 transfusiones de sangre y  quimioterapia. El pronóstico es favorable, y si todo sale bien, Chasteen se curará y regresará a la enseñanza.

Los estudiantes se sentían muy afligidos y querían hacer algo para ayudar. Ese día, llegue antes de que empezaran las clases para a ayudar a los maestros y fue cuando me enteré de la noticia”, dijo Grace Díaz. “Instantáneamente supe que teníamos que hacer algo”.

Lewis le preguntó a la esposa  Donald, Margarette Chasteen, qué necesitaba él. “Sangre”, respondió ella.

Lewis, Celeste Adams, que es la enfermera de la escuela, los miembros del club Law Enforcement Explorers del Sr. Chasteen, y los cadetes del cuerpo de reserva Junior Reserve Officer Training Corps (JROTC) pusieron manos a la obra. “Sabemos cómo organizar esto porque todos los años  tenemos una feria de la salud donde los estudiantes donan sangre”, dijo Adams.

Diez integrantes de JROTC y diez integrantes del grupo Explorers dirigieron la campaña de donación de sangre. Miyanna Kirksey, una Explorer, y Ana Pérez, de JROTC, se encargaron de organizar la actividad en el móvil 2. En cualquier momento dado, había seis estudiantes en cada móvil: dos a quienes se entrevistaba, dos donando sangre y dos recuperándose consumiendo un bocadillo y jugo. El enfermero de Gulf Coast, Mike Rowe, estaba muy ocupado, pero se detuvo para señalar que una sola donación puede  ayudar a tres personas. “Estos jóvenes están aprendiendo a temprana edad  la importancia de contribuir a la comunidad”, dijo. “Actualmente, los adolescentes de 16 años pueden donar sangre si tienen permiso de sus padres”.

“Toda la sangre donada hoy se utilizará para dar transfusiones a Donald”, dijo la Sra. Chasteen. “La sangre que no sea compatible con su tipo sanguíneo se remplazará con sangre compatible”. La Sra. envía mensajes de correo electrónico a la escuela todos los días para mantener a todos al tanto del progreso de su esposo.

“Fue un gran golpe para mí”, dijo Lewis. “Esta es una escuela pequeña y somos una familia. Lo extrañamos y le deseamos que se mejore pronto”.

“Es muy bonito ver a tantos ex alumnos y padres de familia donar sangre”, dijo la Directora de Instrucción Christinia Wehde-Roddiger. “Todos lo aprecian, aunque nunca hayan sido sus alumnos”.

Para ver las fotografías:http://photos.houstonisd.org/gallery/Blood-Drive-HSLECJ/G0000iNUyntcj1JI