De recepcionista a directora, la líder de la escuela responde al llamado de la comunidad

La trayectoria de la directora de la Primaria J.P. Henderson, María Guerra, fue un ascenso completo en la escuela, desde la recepción hasta la dirección. Atendiendo llamadas, Guerra comenzó su carrera en HISD como recepcionista en Henderson, en el East End, mientras estudiaba para obtener su licenciatura. Su prioridad era brindar servicios que fomentaran la confianza y la colaboración de los padres y los estudiantes. Quince años después, la prioridad de Guerra sigue siendo la misma, y se guía por ella como líder de J. P. Henderson.

«Es una experiencia increíble, después de 15 años, ser parte de la misma comunidad», dijo Guerra. «Comparto mi historia con los padres de los estudiantes de J.P. Henderson. Yo crecí en esta comunidad, y su aliento y apoyo me ayudaron a estar donde estoy hoy. Por ese motivo a mi personal diciéndoles “Una vez yo estuve en su lugar”».

Es fácil ver por qué Guerra es apreciada en todo HISD. Sus compañeros y superintendentes de área ven todo el trabajo que ella hace con gran dedicación en JP Henderson, desde el comienzo del día hasta el timbre de salida, para brindar una experiencia escolar cálida y acogedora a todos. Por eso, muchos de sus superiores querían que se contara su historia durante el Mes Nacional de los Directores.

Guerra también trabajó en el salón de clases como maestra de segundo y tercer grado en la Primaria Dávila, donde contribuyó a que esa escuela se recuperara de la designación de Mejora Requerida (IR). Muchos le dijeron a Guerra que podría ser una gran directora de escuela. Con el tiempo, llegó a ser subdirectora en Dávila, y finalmente directora de J.P. Henderson. Guerra se formó en escuelas de HISD, y está muy orgullosa de haberse graduado de la Escuela Preparatoria Milby.

Un día en la vida de Guerra como directora escolar incluye protocolos de seguridad, verificación de asistencia, reuniones con los líderes del plantel y, a veces, ir de puerta en puerta para conectar con la comunidad.

«Es muy positiva y siempre está deseosa de aprender cosas nuevas», dijo la subdirectora Claudia Flores. «Ella es realmente competitiva y nos motiva a hacer nuestro mejor trabajo. He aprendido mucho de ella, lo cual es ideal porque aspiro a ser directora, y siempre es bueno compartir cosas nuevas para beneficiar a la comunidad y los estudiantes».

Además de sus deberes diarios, Guerra ha asumido la responsabilidad de atender directamente a la gran comunidad guatemalteca de su área conectándose con ellos y organizando eventos en los complejos de apartamentos donde residen los estudiantes. Ella proporciona a sus tutores información y recursos para ayudar con las diferencias culturales y cualquier otra cosa que los estudiantes necesiten para tener éxito.

Guerra y su administración también brindan a los estudiantes uniformes, zapatos y útiles escolares, así como la ayuda de especialistas de servicios integrados para apoyar a los padres, consejeros que los orientan, y una asociación con el complejo de apartamentos a través de organizaciones benéficas. Guerra también facilitó un servicio de autobús para estos estudiantes necesitados con la ayuda de la representante de la Mesa Directiva Sylvia García y el superintendente Millard House.

El agradecimiento por la generosidad de Guerra se puede apreciar en los exalumnos que a menudo regresan a J.P. Henderson para contar cómo les está yendo. Al final de la jornada escolar, Guerra tiene muchas cosas por las que sentirse agradecida.

«Mi parte favorita de ser directora son las conexiones que hacemos con los estudiantes, la comunidad y los maestros», dijo Guerra. «Siento que realmente puedo marcar la diferencia».

Al principio, Guerra contestaba llamadas telefónicas, ahora responde al llamado de la comunidad a la cual sirve con orgullo.