Profesor de Secundaria McReynolds logra el éxito ‘comenzando con el fin en mente’
En esta entrega semanal de Yo soy HISD, que presenta perfiles de estudiantes, graduados, empleados y otros miembros del Equipo HISD, Robert Myers, profesor de la Escuela Secundaria McReynolds y director de la Academia de Ajedrez, platica sobre cómo llegó a obtener una certificación nacional de instructor de ajedrez, de qué logro personal se siente más orgulloso, y contra quién le gustaría jugar algún día.
Durante sus diez años de trabajo en HISD, usted ha dado clases de habla, debate, periodismo fotográfico, oratoria y ahora, tecnología de aplicaciones de computadora. También es el instructor de ajedrez de la Secundaria McReynolds y el entrenador del equipo de básquetbol de undécimo grado de la Preparatoria Chávez. Además, me he enterado de que trabajó como locutor de KSBJ durante 20 años antes de todo esto. ¿Por qué abandonó esa carrera en favor de la educación?
Fue por mi hijo. Cuando él era pequeño, su mamá le había comprado unos tenis estampados con el Pajarito Piolín que a ella le parecieron muy simpáticos, pero en la escuela le gastaban bromas a mi hijo por los tenis. Por cierto, a él no le gustaba eso, y un día en el auto me lo dijo. Yo le pregunté qué había hecho la maestra para poner fin a las bromas, y él respondió, “Papá, no hace nada”. Luego dijo: “Papá, quisiera que tú fueras mi maestro”. Y oírlo decir eso, fue suficiente para mí. Me di cuenta de lo que tenía que hacer. Por aquel entonces, el Dr. Rod Paige todavía era el Superintendente de HISD, y yo lo había entrevistado pocos días antes, un lunes, para el programa de la radio. Al final de esa misma semana, yo ya había sido contratado para trabajar en la Escuela Preparatoria Milby y querían que comenzara el lunes próximo.
Entiendo que usted también es director de la Academia de Ajedrez. ¿Cuánto hace que le interesa el ajedrez, y cuántos años tenía cuando aprendió a jugar?
El ajedrez me ha interesado toda la vida, pero empecé a jugar seriamente cuando tenía más o menos 12 años. Cuando mi hijo tenía 12 o 13 años (ahora ya tiene 25) me pidió un día que jugáramos y me ganó 30 veces seguidas. Entonces dije, “Bueno, empecemos otra vez”. Y entonces comencé a usar las piezas en combinaciones de ataque. Desde entonces, mi hijo sigue intentando derrotarme.
¿Por qué cree que los niños de hoy deberían considerar el aprendizaje de este juego?
El ajedrez es el juego de la vida. Es el mejor juego del mundo. Tiene de todo: oposición encubierta, artimaña, estrategia, y tener que reflexionar antes de cada jugada, responder en lugar de reaccionar, aplicar razonamiento crítico y solucionar un problema paso a paso. No le falta nada. Diez a la 25.a potencia es el número de nanosegundos transcurridos desde el Big Bang. Diez a la 75.a potencia es el número de átomos conocidos en el universo, y diez a la 250.a potencia es el número de jugadas posibles en una sola partida de ajedrez. Es más difícil llegar a ser gran maestro de ajedrez que obtener un doctorado.
El año pasado, un alumno de Jardín de Niños de seis años de su grupo se colocó en primer lugar en el Campeonato Nacional de Ajedrez K-12 de la Federación de Ajedrez de los Estados Unidos, y el equipo femenino ganó por tercera vez consecutiva en el Campeonato Estatal Femenino de la Liga Estatal de Ajedrez de Louisiana. De todos los logros de sus alumnos, ¿cuál lo complace más?
Había un muchacho que era un mentecato, y cuando estaba en el noveno grado, se había propuesto entablar conversación con una chica de décimo grado que no le daba ni la hora. La dicción y la gramática del muchacho eran horribles. Pero comenzó a aprender ajedrez y terminó ganando un beca de $100,000 dólares de la Universidad Texas Tech. Ahora la chica lo persigue a él. Se llama Adrian Patterson, y es uno de los instructores de mi grupo. Lo contraté. Es de quien me siento más orgulloso.
¿A qué atribuye su éxito, tanto en el salón de clases como en el tablero de ajedrez?
Me gustaría decir que es un don, o mi ingenio y humor, pero tiene que ser Dios, porque sin duda no soy yo. Es como aquel viejo dicho sobre la tortuga que se encontraba sobre uno de los postes de una cerca. No sé cómo llegué adonde estoy, pero sé que no lo hice solo. Yo pongo mucha pasión y energía y los muchachos vienen a mirar. Pero hay de por medio mucha oración, dedicación, disciplina y deseo. Y en todo lo que he enseñado en mi vida, he comenzado con el fin en mente. En el ajedrez, el objetivo final es el jaque mate; en las matemáticas, es la solución al problema; en la fotografía, es tu idea de cómo debe quedar la imagen; y en la oratoria, es la respuesta que esperas de tu audiencia. Si comienzas con el fin en mente, tendrás éxito.
Usted se ha hecho acreedor a varias distinciones en el correr de los años, incluso el haber sido nombrado Maestro del Año y haber recibido el Premio Conmemorativo Elizabeth Brand de HISD. ¿De cuál se siente más orgulloso?
Fíjese que me han nombrado Maestro del Año en todas las escuelas donde he dado clases, pero lo que me impresiona más es el anuario escolar. Todos los años, los estudiantes votan por el profesor más padre, el más inteligente, el más chistoso, y el mejor vestido, y prácticamente todos los años yo gano en todas las categorías.
En abril de 2013, usted recibió la designación de Instructor de Ajedrez Certificado para el Nivel IV (Nacional) de la Federación de Ajedrez de los Estados Unidos, y ahora usted es el único en Texas, y uno de tan solo ocho (ahora nueve) en todo el mundo, que ha logrado ese nivel. ¿Qué lo impulsó a buscar esa certificación, y por qué era tan importante para usted?
Se lo explicaré; tiene que ver con lo que uno dice versus lo que uno sabe. Una cosa es decir, “soy instructor de Nivel IV”, pero ¿dónde está la prueba? Al recibir la certificación, uno tiene un documento que lo respalda. Muchas personas enseñan, pero no lo hacen al mismo nivel que yo. De esta manera, yo puedo decir que en todo el mundo hay solamente otras nueve personas que saben tanto como yo sobre enseñar a jugar al ajedrez.
Con el tiempo, usted ha conocido a algunos de los jugadores de ajedrez de mayor calibre, como los Grandes Maestros Timur Gareev, Hiraku Nakamura, Susan Polgar y Julio Sadora. ¿Cuál de ellos lo deslumbró más, y quién está todavía en su lista de jugadores que quiere conocer? ¿Quién es el oponente de sus sueños, si tiene uno?
Sabe, estos jugadores son estupendos, pero son personas como cualquier otra. Y cuando yo estoy en un torneo donde también están ellos, generalmente estoy rodeado de tantos jóvenes, que tal vez ellos se preguntan quién soy yo.
Hiraku Nakamura es número cuatro en el mundo, y es un tipo increíblemente humilde que posee una gran inteligencia. Susan Polgar es tan inteligente como bella. Timur Gareev es el más chistoso y afable de todos, pero Julio Sadora debe de ser, por lejos, mi elegido. Todos nos dan asesoramiento, pero él nos llama y conversa con nosotros por Skype todo el tiempo.
Tendría que meterme en una máquina del tiempo para jugar contra el oponente de mis sueños, porque ya está muerto, sería Bobby Fisher. También me gustaría jugar contra Garry Kasparov, quien ha jugado contra Deep Blue y Magnus Carlsen. Es asombroso.
Si usted conoce a un graduado, estudiante, empleado u otro miembro del Equipo HISD que deberíamos presentar en esta sección, envíenos un mensaje a info@houstonisd.org.