Los niños inmigrantes necesitan de nuestra experiencia, compasión
El repentino influjo de niños de América Central a los Estados Unidos ha provocado un debate nacional y dado lugar a mucha retórica política, acusaciones y alarma. Como educadores públicos de una ciudad que probablemente aceptará a muchos de estos jovencitos, debemos elevarnos por encima del furor y tener presente que se trata de un asunto humanitario con niños como protagonistas. Y HISD está dispuesto a ayudar.
Contamos con amplia experiencia en la atención de niños que han tenido que mudarse súbitamente en medio de circunstancias traumatizantes. A principios del año académico 2005-2006, después del Huracán Katrina, matriculamos a más de 11.000 jóvenes desplazados por el desastre. Y con más de 900 estudiantes de países centroamericanos inscritos el pasado ciclo escolar, estamos al tanto de los temas educacionales y culturales que es necesario conocer para facilitar un exitoso proceso de integración.
Es por eso que se han comunicado con nosotros funcionarios de dependencias federales y estamos colaborando con ellos, con agencias estatales, y con funcionarios locales y organizaciones de nuestra comunidad en respuesta a esta situación en ciernes.
Al tiempo que escribo este artículo, estamos esperando una decisión sobre la posibilidad de usar la actualmente clausurada Escuela Secundaria Terrell como albergue provisional para estos jovencitos, y estamos preparados para educar a cualquiera de estos niños que viva dentro de la zona de asistencia de HISD cuando comiencen las clases en agosto. HISD ha organizado un plan de respuesta que incluye instalaciones, recursos humanos, y servicios del departamento multilingüe, del departamento de participación de las familias y la comunidad y de profesionales académicos para estar preparados y ofrecer nuestro apoyo en el momento oportuno. Estamos dispuestos a expandir los servicios de programas existentes, como los del Centro para Recién Llegados Las Américas y la Escuela Preparatoria Liberty, y a ofrecer nuevos programas según sea necesario. Ya han comenzado a llegar las ofertas de ayuda tanto de empleados solícitos de HISD como de varios miembros de la comunidad que quieren asegurarse de que hagamos el bien por estos niños.
En estos momentos, nuestra tarea no es juzgar la situación desde el punto de vista social o político, sino cerciorarnos de que todos los niños de nuestro distrito tengan la certeza de contar con un ambiente seguro y protegido, acceso a una educación de calidad y la compasión que tanto necesitan. Independientemente de que hayan nacido y se hayan criado en Houston, o hayan llegado aquí a causa de la inmigración, un desastre natural, o disturbios o persecución social o política, nuestros alumnos pueden encontrar ese confort en HISD todos los días. Y así será también para estos niños.