Vivir en un mundo digital requiere de habilidad técnica y aptitudes de ciudadanía cibernética
La “transformación digital” es una de las claves para la visión de HISD de cambiar nuestra forma de enseñar y el proceso de aprendizaje de nuestros jóvenes a fin de lograr un enfoque más individualizado. El año pasado, como parte de nuestra iniciativa PowerUp 1:1, entregamos computadoras portátiles a 18.000 estudiantes de 11 preparatorias. Este año vamos a distribuir computadoras en otras 21 escuelas preparatorias y el resto se distribuirá el próximo año.
Pero lo que les enseñamos a los jóvenes no se limita a que aprendan acerca de máquinas y codificación. Ellos aprenden también sobre la responsabilidad implícita en la libertad que la era digital nos brinda. Y esta semana hemos dado un paso muy importante en este proceso al publicar un vasto sitio de internet sobre seguridad cibernética, creado para beneficiar a los estudiantes, los padres de familia y los docentes por igual.
Allí se encuentra una gran cantidad de información fascinante sobre estupendas aplicaciones, programas de aprendizaje y los medios sociales, además de recursos útiles como un acuerdo familiar para que sus hijos comprendan cuál es la manera apropiada de usar estas maravillosas herramientas y se comprometan a seguir las reglas. También verán que algunos de los temas que se tratan en el sitio pueden hacernos sentir un tanto incómodos —ciberacoso, sexteo, depredadores de niños en internet, plagio, usurpación de identidad— pero conocer esta información es esencial para proteger y guiar a nuestros hijos.
Esa combinación de maravilla y pavor define el dilema que la era digital nos presenta: ¿Cómo fomentamos la exploración intelectual a la vez que hacemos hincapié en la responsabilidad? Cuando pusimos en marcha la iniciativa PowerUp surgieron dudas sobre si les estaríamos dando a los jóvenes tanta libertad que les permitiría recorrer sin control el ciberespacio. Yo tengo una perspectiva diferente.
Nuestros estudiantes están creciendo, y vivirán el resto de su vida, en un mundo digital, o en alguna versión futurista de él. Es preciso que sean conscientes del poder de ese medio y de cómo navegarlo de manera responsable; y es necesario que lo sepan hacer ahora en nuestras escuelas y en su casa.
Lo que será mucho peor que la posibilidad de que algunos estudiantes traten de aprender a evadir cortafuegos en internet o envíen tuits en clase —y sufran las consecuencias— es lo que sucederá si HISD permitiera que miles de estudiantes salgan de la escuela al mundo ignorantes de la ciudadanía digital, y tomen malas decisiones y cometan errores cuando sean adultos y sus desaciertos puedan llegar a costarles el sustento y la reputación, o hasta causar que vayan a dar a la cárcel.
Infundir en nuestros jóvenes las aptitudes de la ciudadanía digital es parte de nuestra función de educadores y padres, y este nuevo sitio de seguridad cibernética es un medio donde todos podemos aprender juntos.