Nuestra visión de los graduados de HISD para el siglo XXI: aptitudes globales, valores tradicionales
Pronto comenzarán a oír hablar de nuestra visión de las cualidades que un egresado de HISD del siglo XXI debería poseer. Esta visión es la culminación de un extenso proceso de reflexión y conversaciones entre los líderes de las escuelas, el personal de las oficinas centrales y representantes de la comunidad, la industria y la enseñanza superior.
Cuando yo me gradué de la preparatoria a fines de la década de 1960, por lo general nuestra meta para la vida era encontrar un trabajo que nos concediera cierto nivel de dignidad y un salario suficiente para formar una familia y mantenerla.
Era preciso que domináramos las tres habilidades básicas (lectura, escritura y aritmética), pero más allá de eso, solamente se nos presentaban dos opciones. Quienes tenían inclinación hacia los estudios, se inscribían en una universidad, que en aquel entonces no era algo tan competitivo y costoso. Pero la mayoría de los jóvenes se integraban directamente en el mercado laboral o en profesiones o negocios de la familia.
No hace falta que les diga cuánto ha cambiado todo eso en tan solo unos 45 años. La educación y las habilidades requeridas para salir adelante exitosamente —no solo en la propia ciudad de uno, sino a nivel mundial— son considerablemente más complejas.
Nuestro nuevo perfil del graduado nos permitirá conectar nuestra visión, nuestras iniciativas y la labor de HISD para producir jóvenes capaces de razonar de manera crítica, de liderar, comunicar, colaborar y de fijar y alcanzar metas. A pesar de la índole global de nuestra comunidad actual, y de que nuestras opciones se han diversificado, me parece interesante —y reconfortante— que este modelo de graduado verdaderamente refleja los mismos valores personales sólidos y la integridad de carácter que siempre hemos valorado en este país.