Ludreche Bouanga tenía 11 años cuando llegó a Houston con su familia desde Gabón, un país sobre la línea ecuatorial en la costa del atlántico de África.
El joven refugiado no hablaba inglés y sabía muy poco sobre la cultura americana cuando entró a la secundaria en HISD. Siete años más tarde, este joven de 18 años se va a graduar de la Escuela Preparatoria Westbury con una beca para asistir a Allen Community College en Kansas, donde estudiará fisioterapia y practicará atletismo.
“No creí que fuera posible”, dijo. “Pero conocí a varias personas que me ayudaron en el camino”.
Una de las personas que más lo apoya es su madre, que según Ludreche, lo ha mantenido motivado en los momentos difíciles. “Siempre me ha dicho que puedo lograr cualquier cosa si tengo los conocimientos”.
Ludreche quiere estudiar fisioterapia porque le interesa la mecánica del cuerpo y desea ayudar a los demás, especialmente a su madre. “Siempre se queja de sus piernas”, dijo. “Quisiera encontrar la manera de mejorar su vida”.
Ludreche ha sido voluntario por mucho tiempo en Partnership for the Advancement and Immersion of Refugees, una organización sin fines de lucro que apoya a los recién llegados a Houston y Ludreche está comprometido a apoyar a otros jóvenes recién llegados a los Estados Unidos.
“Yo les digo que no tengan miedo a expresar nada”, dijo. “Hay que tener un sueño, trabajar mucho para lograrlo y todo es posible”.
Susan Monaghan, la directora de la preparatoria Westbury describe a Ludreche como un “líder nato”. “Él va a tener éxito en cualquier cosa que decida hacer en esta vida”, dijo.
Ludreche reconoce que se siente nervioso y emocionado por su nuevo reto de mudarse lejos de casa e ir al colegio comunitario. “Solo tengo que enfocarme en mi meta y recordar por qué estoy ahí”, dijo.