Los alumnos de primer grado Isai Rogel, a la izquierda, y Fátima Carranza se preparan para reciclar materiales de su clase en la Escuela Primaria Lewis.
Imagine un edificio escolar que se pueda usar como herramienta para la enseñanza. O una escuela con jardines en la azotea, sistema de iluminación que promueva el ahorro de energía y un plan de estudio elaborado no solo para motivar a los estudiantes a aprender sino también para que sean mejores protectores del medioambiente.
Mediante una alianza con la Federación Nacional de Vida Silvestre (NWF) y el Consejo de Construcción Verde de los Estados Unidos (USGBC) en el marco de su programa Eco-Escuelas, HISD espera lograr que esta visión sea parte vital del programa de bonos del 2012 de $1.89 mil millones de dólares que permitirá realizar la construcción o renovación de 40 escuelas de la ciudad.
“Hemos elaborado un plan de acción para el cambio”, dijo Marya Fowler, directora superior para la educación de la Federación Nacional de Vida Silvestre. “Nuestro programa refuerza las habilidades científicas de los niños y contribuye a la formación de estudiantes líderes”.
Esta alianza se realiza al inicio de la etapa de planificación y diseño del primer grupo de escuelas del distrito participantes en el programa de bonos del 2012 que fue aprobado por el electorado el pasado mes de noviembre. La organización NWF aporta un plan de estudio que enseña la importancia de las escuelas sostenibles, y USGBC contribuye con profesionales que realizan evaluaciones del consumo de energía en cada escuela.
Hasta la fecha, el programa Eco-Escuelas se ha implementado en 25 escuelas de HISD y en el otoño se sumarán 30 escuelas más, dependiendo de los fondos que se reciban de fuentes externas.
El propósito del programa Eco-Escuelas es ayudar a los docentes a cumplir con los objetivos fijados por el estado para la instrucción de los estudiantes mediante actividades educativas más prácticas y relevantes a su vida.
“Los estudiantes se dan cuenta de que tienen la oportunidad de cambiar sus escuelas de manera significativa”, dijo Fowler. “Muchos de ellos comparten lo que aprenden en su comunidad y en el hogar”.
En la Escuela Primara Lewis de HISD ya es posible ver los cambios en el estacionamiento, donde hay espacios reservados para vehículos de bajo nivel de emisiones y consumo de combustible reducido. En conformidad con las pautas del programa de bonos del 2007, la escuela Lewis ha incorporado la sostenibilidad a su plan de estudio, dijo la maestra de educación física Tracie Briner.
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Cada clase contribuye a los contenedores de reciclamiento de la escuela ubicados junto a un quiosco con una pantalla táctil que permite a los estudiantes ver una explicación interactiva del proceso de reciclamiento y sus beneficios.
“Los estudiantes están más al tanto de lo que es el reciclamiento y cómo funciona”, dijo Briner. “Es buena idea mostrárselos y poder responder a las diferentes modalidades de aprendizaje”.
Después de la apertura de la escuela Lewis en octubre del año 2011, Briner llevó un control de los productos reciclados por cada clase para motivar a los estudiantes a responsabilizarse del cuidado del medioambiente.
“Nuestra sociedad ha emprendido varias iniciativas para llegar a ser más responsable en el cuidado del medioambiente”, dijo Briner. “Los estudiantes aprenden más cuando sienten una conexión personal”.
Nathan Bailey, un asesor de energía que ha trabajado con HISD durante más de 15 años para mejorar la eficacia del distrito y crear las normas para el control del consumo de energía, colabora en las evaluaciones de los edificios, y gracias a estos esfuerzos se han logrado ahorros de entre el 10 y el 30 por ciento en el consumo de energía.
Bailey dijo que los arquitectos que están planificando las escuelas del programa de bonos del 2012 deberán asegurarse de que los diferentes sistemas instalados en los edificios sean compatibles para garantizar la eficiencia de las operaciones y reducir los gastos.
“Es posible diseñar un edificio eficiente, pero si no se maneja de manera eficiente, no será suficiente”, dijo Bailey, quien además es miembro del Comité Asesor para las Escuelas del Siglo XXI del distrito.
Los arquitectos y los ingenieros no deben crear escuelas teniendo en cuenta solamente la estética y el ahorro de energía, sino que deben considerar también las necesidades futuras de los estudiantes, dijo.
“Cuando el distrito evalúa arquitectos, debe preguntarles, “¿Reemplazará esta escuela con una que dentro de 40 años será una estructura sólida y eficiente en el consumo de energía donde todos disfruten de aprender, enseñar y crecer?” dijo Bailey.