Ante los recientes desastres naturales, como el Huracán Sandy y el tornado que se produjo en Oklahoma el 20 de mayo, un grupo de estudiantes de la Academia STEM de la Escuela Preparatoria Jones, han puesto en práctica los conocimientos y habilidades que desarrollaron en clase en la resolución del problema de proveer vivienda inmediata a los sobrevivientes de esas tragedias.
Durante todo el año, los estudiantes de Jones han planificado y diseñado refugios provisionales de emergencia que se pueden usar para albergar hasta cinco personas en condiciones de temperaturas extremas. Varios equipos de tres estudiantes trabajaron para producir diferentes representaciones de refugios de emergencia basándose en los requisitos de diseño de un cliente hipotético.
“Apliqué muchos conocimientos de matemáticas, de tecnología y de ingeniería para ver cómo integrar todas las partes del proyecto”, dijo la alumna de Jones, Keshuna Willhite. “Fue muy difícil pero me encantan las matemáticas y a raíz de ese trabajo ahora hasta me gustan más”.
Los equipos también tenían que cumplir con ciertas exigencias de diseño, como una restricción que estipula que el refugio solo puede calentarse con el calor producido por las personas que estén en su interior. Para lograr esto, los estudiantes aplicaron lo que habían aprendido en clase para determinar la mejor forma, tamaño y materiales de un refugio que pudiera emplazarse rápida y eficazmente.
Después de evaluar el diseño propuesto por cada grupo, los estudiantes colaboraron para construir un único prototipo funcional. El prototipo se construyó con más de $500 en materiales que fueron donados por la compañía Pratt Industries of Houston, fabricante de cajas de cartón ondulado.
“Fue estupendo ver a estos jóvenes inventar un diseño y crear un producto sostenible usando materiales de cartón ondulado, que es lo que nosotros hacemos todos los días”, dijo Scott Fuselier, gerente general de Pratt Industries of Houston. “Es un excelente proyecto y nos complace mucho hacer la donación y contribuir a su trabajo”.
La importancia de la donación no se les pasó por alto a los estudiantes, y ahora muchos de ellos piensan usar este proyecto como idea inicial para crear un método que les permita contribuir a su propia comunidad.
“Queremos ser capaces de cambiar la vida de las personas de manera que sientan que hay esperanzas”, dijo Deysi Marquez, otra de las alumnas del grupo. “Cuando una persona pierde su casa y no tiene nada más, queremos ofrecerle algún tipo de ayuda con la que pueda contar”.
Justin Taplet, profesor de la escuela Jones, espera poder continuar usando el proyecto el año que viene enseñando a los estudiantes que, ahora que tienen un prototipo funcional, deben continuar haciendo cambios y perfeccionándolo hasta lograr un producto acabado y completamente funcional.
“Usando este producto, el año que viene crearán la versión rediseñada”, dijo. “Así sabrán que este no fue el fin, sino que hay que seguir trabajando hasta que el producto final sea perfecto”.