Cumple con tus responsabilidades.
Ése fue el mantra de Miguel Gutiérrez durante sus estudios de preparatoria, y es una filosofía que le ha dado muy buenos resultados desde que dejó atrás a sus padres en México para hacer realidad sus sueños aquí en Houston.
“Al principio fue muy difícil, pero ellos me prepararon para ser una persona responsable”, dijo Miguel, quien ha vivido con sus hermanos mayores los últimos cuatro años. “Siempre he prestado atención en la escuela porque sé que las oportunidades valen la pena”.
Miguel se mudó a Houston cuando tenía 7 años, y hoy es un senior de la Escuela Internacional Sharpstown. Cursó la primaria y la secundaria aquí antes de que su familia tuviera que regresarse a México, cuando él tenía 14 años, porque a su padre se le había hecho difícil hallar trabajo en la construcción.
En México, asistió a la escuela durante unos años hasta que se dio cuenta de que no estaba siendo motivado a desarrollar su máximo potencial. Fue entonces que le suplicó a sus padres que lo dejaran volver a Houston para enfocarse más en los estudios. Sus hermanos, quienes también trabajan en la construcción, lo han apoyado y animado para que siga adelante.
“He aprendido que el tiempo pasa rápidamente, y uno tiene que hacer cosas que lo ayuden a desarrollarse y que sean beneficiosas no sólo para uno mismo sino para su familia”, dijo.
Ese impulso y enfoque han encaminado a Miguel, un estudiante sobresaliente, hacia una carrera de ingeniería civil en la Universidad Texas A&M, donde iniciará sus estudios en el otoño. Él había considerado la academia militar West Point, e incluso hizo una visita a esa institución, pero al final prefirió estar más cerca de sus padres. Para sus estudios en A&M, Miguel recibirá subvenciones y una beca del bufete de abogados Vinson & Elkins.
Y se ha propuesto no descuidar sus estudios ni distraerse con la vida universitaria.
“No pienso conformarme ni sentirme satisfecho con hacer el esfuerzo mínimo para ir saliendo del paso”, comentó Miguel. “Estoy motivado a dar lo mejor de mí”.