Históricamente, la noche del baile de graduación es casi el punto culminante y mágico que define las experiencias de la preparatoria. Es la noche con la cual comparamos todas las demás noches de nuestra adolescencia. No sabemos qué esperar de ella, pero eso es parte de la emoción. Puede ocurrir cualquier cosa. Te vistes de punta en blanco y compartes la experiencia con tus amigos en un ambiente elegante. Sientes que eres un adulto, y, ¿acaso no lo eres? La graduación está a tan solo unas semanas, y pasarás a ser parte del mundo real, aunque aún no sepas bien lo que eso significa. Es tu última noche para definir High School You™ y mostrarles a tus compañeros cómo quieres que te recuerden al rememorar la carrera de la preparatoria.
Cuando Miles Steinmeyer, alumno de la Escuela Preparatoria Heights, entró en su baile de graduación, no sabía qué esperar. Estaba emocionado. Pero esa emoción, como le sucede siempre a Miles cuando da un paso audaz hacia lo desconocido, estaba teñida de miedo. Miles es alto de por sí, pero cuando entró en el baile, escultural con un par de tacones de cuatro pulgadas, sobresalía entre sus compañeros de clase. No había manera de que Miles pasara inadvertido. Él no quería pasar inadvertido.
«Fui con un vestido entallado negro de Calvin Klein con mangas acampanadas y cuello de piel», dijo Miles. «Llevaba puesto un collar de perlas que había guardado para una ocasión especial durante mucho tiempo, aretes de clip, maquillaje, tacones, todo. Esperaba miradas, abucheos, que me clavaran los ojos…»
Miles, a quien se le asignó el sexo masculino al nacer, se identifica como de género fluido: una persona cuya identidad de género no es fija y puede cambiar en función de sus sentimientos o del entorno. La fluidez de género existe fuera de la noción de género binario. Las personas de género fluido se presentan de maneras que podrían considerarse tradicionalmente masculinas o femeninas sin las características y restricciones de adherirse a un género u otro. La identidad de Miles le da una perspectiva singularmente empática sobre las luchas que enfrentan personas jóvenes que son lesbianas, gay, bisexuales, transgénero, queer o cuestionadores (LGBTQ+), una perspectiva que lo ha ayudado a ganarse la confianza de la Alianza de Género y Sexualidad de la Escuela Preparatoria Heights (GSA), una organización de la cual Miles es presidente.
En general, los jóvenes LGBTQ+ son víctimas de intimidación y acoso con mayor frecuencia que sus compañeros de clase heterosexuales y cisgénero (no transgénero). En consecuencia, las probabilidades de intento de suicidio son más de cuatro veces más altas para ellos que para sus pares heterosexuales y cisgénero.
Miles quiere que la GSA sea un lugar donde otros estudiantes queer se sientan validados sin necesidad de poner en juego su seguridad física y emocional. «El equipo líder y yo nos esforzamos para crear un espacio seguro», dijo Miles. «No tendría que estar en cuestión que alguien tenga acceso a un espacio seguro fuera del entorno de los consejeros o la administración. Es importante porque no hay muchos espacios seguros que la gente conozca. Si puedo poner carteles de la GSA o hablar al respecto en los anuncios, entonces se oye y se ve».
Miles recibió las riendas de la GSA del exbibliotecario de Heights, Shane Kenney. Si bien Kenney se retiró de HISD en 2020, Miles le atribuye a él gran parte de su desarrollo personal durante su carrera de preparatoria.
«Él fue mi mayor influencia, especialmente en cuanto a ser quien soy hoy, auténticamente, sin ofender a nadie», dijo Miles. «Mi maestro de teatro, el personal de la administración, sé que esta no es una situación universal, pero he tenido muchas experiencias positivas con los adultos de esta escuela».
Ahora que Miles se gradúa, confía en que la GSA continuará evolucionando y que la base que él y su equipo sentaron apoyará y unirá a las futuras generaciones de estudiantes LGBTQ+ de Heights.
Miles, quien tiene pensado ser bibliotecario escolar, espera seguir los pasos de los educadores que lo inspiraron. Él se considera una persona muy directa que tuvo que aprender a abordar las conversaciones con tacto y a medir sus emociones. En medio de una conversación nacional polarizada sobre los derechos de las personas transgénero y de género no conforme (GNC), Miles cuenta con su franqueza y su determinación para navegar su futuro de adulto de género fluido.
Miles vive su vida en constante cambio, su presentación depende del entorno y de las personas que lo rodean. Día a día, la forma en que se presenta Miles depende de su capacidad para protegerse.
«Tengo que escoger y elegir cuándo puedo realmente ser quien soy», dijo Miles. «Cuesta decirlo, pero es la realidad de la situación. Podría endulzarlo y decir que soy yo mismo donde quiera que esté, pero sé cuándo necesito poner a resguardo algunas partes de mi persona. Es saber protegerte. La autoconservación como persona queer en este clima político es muy importante. La supervivencia es clave».
Por primera vez en la historia de HISD, a principios de este año el distrito organizó una Cumbre del Orgullo LGBTQ+, que se llevó a cabo de forma virtual debido a la pandemia de COVID-19. La cumbre contó con oradores invitados de la red de mentores voluntarios de Big Brothers Big Sisters of America, la organización local de apoyo LGBTQ+ de Houston The Montrose Center y el grupo de defensa LGBTQ+ más antiguo que existe, PFLAG. HISD también recibió a la representante estatal de Texas, Ann Johnson.
Con estudiantes como Miles en mente, HISD se está dedicando a apoyar a sus estudiantes y maestros LGBTQ+ y a construir sobre la base de inclusión y mentalidad abierta para hacer del distrito un lugar seguro e inclusivo. La cumbre fue el primer paso hacia esta meta, enfocándose en conectar a los estudiantes y sus cuidadores con recursos de la comunidad y de HISD y a tender puentes entre todos ellos.
Miles tiene presente todos los días que las luchas que enfrenta su comunidad no son fáciles de resolver, pero con el apoyo de la GSA y los educadores que ayudan a los miembros del grupo a prosperar, cada día se acerca más a un mundo en el cual él y sus amigos no tendrán que esconderse. A pesar de lo que ha visto, y sabiendo que la carrera que ha elegido va a ser difícil de recorrer, Miles encaró su graduación de la preparatoria con confianza. Sus experiencias con educadores que lo apoyan y lo motivan no solo lo han ayudado a determinar su trayectoria en la vida, sino también a comprenderse a sí mismo y su identidad en un entorno seguro. Miles espera ser esa presencia de apoyo en las vidas de sus futuros estudiantes, y las lecciones que aprendió en Heights lo acompañarán en su trayecto para crear un futuro más tolerante para los jóvenes LGBTQ+.
«Fundamentalmente, todo comienza con el hecho de que las personas queer no eligen ser queer», dijo Miles. «Muchas personas saben que son queer a una edad muy temprana, pero es difícil articularlo debido a tu ignorancia ante la comunidad. Cuanto más aprendas en Internet, por los amigos, por conocidos, mejor podrás entenderte.
«Es difícil. Cuesta. Muchos te dirán que no lo hagas porque no es la norma, no es lo que hace la gente, pero yo te recomendaría de todo corazón que hagas lo que necesites hacer. Haz lo que sientas que debes hacer, aunque para ganar terreno tengas que incomodar a alguien, pasa por encima de otros si es preciso, porque al final, aunque hagas enojar a alguien, acabarás en un lugar más feliz para ti».
Miles estaba nervioso al entrar en el baile con el vestido que había elegido y complementado con tanto esmero, las perlas que había estado guardando y el lápiz labial rojo rubí con el que tan meticulosamente se había delineado los labios. Sentía un nudo en el estómago, cada paso que daba, un acto de rebeldía.
«Las barreras no se rompen si no las movemos», dijo Miles, y sonrió. «A la gente le encantó. Cuando entré, fue como quitarme un peso de los hombros. No hay otra manera de progresar ni avanzar. Hay que dar un paso grande, y fue un paso grande para mí, con tacones de cuatro pulgadas, pero lo logré».