Las 20 personas reunidas en el vestíbulo de la Escuela Preparatoria Yates el viernes, 7 de octubre, no parecían tener mucho en común más allá de que estaban vestidos haciendo juego con camisetas u otras prendas de color rojo, y también se veía alguna tiara. Todos eran exalumnos que habían recibido el honor más ilustre de la escuela: ser coronados Míster o Miss Yates.
El título es codiciado por estudiantes cuya asistencia y rendimiento académico reúnen ciertas condiciones. Elegidos por sus compañeros, Míster y Miss Yates representan no solo a su generación de graduados, sino también a la comunidad de Yates. Participan en obras comunitarias, asisten a los pep rallies y son la imagen de Yates durante el ciclo escolar.
«Había animadoras, reina de Homecoming, pero Miss Yates era holística», dijo Miss Yates de 1986, Pamela Mayfield-Kizzee, quien a menudo viajaba de la escuela a su trabajo y luego regresaba a la escuela más tarde para cumplir con sus deberes de Miss Yates.
Ser Míster o Miss Yates no termina con la graduación. La comunidad de Yates es muy unida, y los ganadores anteriores regresan anualmente para la coronación de los nuevos guardianes del título que todos comparten.
Entre las Miss Yates que asistieron se encontraba Gertrudejane Holliday Stone, elegida en 1951, luciendo la banda amarilla que recibió hace 70 años.
«Fue un honor, uno de los mejores honores», dijo Stone, mostrando una foto de ella a los 18 años en su coronación de Miss Yates. Ese día, llegó a la coronación directamente de haber liderado la banda de Yates como bastonera, un compromiso que no estaba dispuesta a abandonar, incluso por una corona y un vestido bonito. «No estoy vestida con traje y todo porque tenía el deber de liderar esa banda; fue después de hacerlo que me convertí en Miss Jack Yates».
Stone, quien este año cumplirá 90 años, todavía es miembro activo de la comunidad de Yates, en gran parte gracias a su experiencia como Miss Yates.
El común denominador de los coronados como Míster y Miss Yates es su sentido de la responsabilidad y dedicación a la comunidad. Los elegidos presentes y futuros llevan la antorcha de una tradición valiosa y consagrada por el tiempo, y con generaciones de Míster y Miss Yates detrás de ellos, nunca les faltará inspiración y guía.