El Comité Supervisor del Programa de Bonos celebró su primera reunión de 2015 el martes pasado, durante la cual recibió un informe sobre el programa y el impacto que el creciente costo de las obras de construcción está teniendo en el plan de HISD de construir o renovar 40 escuelas.
Desde el 2012, año en que el electorado de Houston aprobó el paquete de bonos del distrito de $1.89 mil millones de dólares, el costo de la construcción en el distrito aumentó un promedio de 44 por ciento, de alrededor de $146 dólares por pie cuadrado a alrededor de $210 dólares por pie cuadrado a la fecha.
El aumento se atribuye en gran medida al auge experimentado por la industria petrolera y de la construcción en los últimos años. Ese incremento estimuló el desarrollo de una robusta economía en Houston, y en la mayor parte del estado, y generó en la zona un incremento del número de obras de construcción comerciales, creando así una gran demanda de obreros y materiales.
Ahora que el precio del petróleo ha bajado significativamente, se anticipa que, en consecuencia, el costo de la construcción disminuirá. De manera similar a los comentarios expresados por los fideicomisarios la semana pasada en el taller de la Mesa Directiva, las opiniones de los miembros del Comité coincidían en que una de las opciones de HISD sería postergar la fase de licitación de algunos proyectos.
“Continuar con la etapa de diseño no implica que tengamos que pasar directamente a la fase de construcción si el mercado no es favorable”, dijo Bob Eury, miembro del Comité y director ejecutivo de la Administración del Distrito Houston Downtown y presidente de Central Houston. “Sería una mejor estrategia dejar en suspenso la etapa de construcción hasta tener una idea más clara de las tendencias del mercado y, con suerte, el costo de la construcción disminuirá”.
El distrito ya ha tomado algunas medidas a fin de estar preparado para posibles déficits, incluso la de asignar al presupuesto de construcción de cada escuela cierta cantidad del dinero destinado a reducir los efectos de la inflación y algunos fondos de reserva. Cada escuela participante del programa de bonos tiene su propio presupuesto, aparte de los de las otras escuelas.
“No estamos desvistiendo un santo para vestir otro”, dijo Sue Robertson, directora general de Planificación de Instalaciones de HISD. “No movemos fondos del presupuesto de una escuela para cubrir carencias del de otra”.
En algunas escuelas del Grupo 1, el presupuesto de construcción no se ha desviado del objetivo inicial y el proceso continúa sin retrasos. En las próximas semanas, se realizarán análisis de los planes de otras escuelas del programa para valorar la relación entre el alcance del proyecto y el presupuesto asignado, y HISD estudiará varias opciones para determinar el mejor curso a seguir en cada caso.
“Queremos comunicar que estamos haciendo todo lo que podemos hacer a fin de lograr un buen resultado para todas las escuelas”, dijo Robertson. “Vamos a estudiar muy bien el calendario de los proyectos para planificar todas las obras estratégicamente, pero no hemos cejado en nuestro afán de cumplir con nuestros objetivos y compromisos”.
Los miembros del Comité discutieron también la importancia de mantener a los padres, los Equipos Asesores de Proyectos y otras partes interesadas informados con noticias al día sobre los proyectos.
“Esto es un proceso, no un suceso”, dijo Leo Bobadilla, oficial en jefe de operaciones. “A medida que vayamos avanzando, informaremos a los Equipos Asesores de Proyectos y otras partes interesadas”.