El motor es el corazón de un avión, pero el piloto es el alma.
Esto es cierto para Tryniti Ernest, graduada de la Preparatoria Sterling de Aviación y primera mujer afroamericana en obtener la licencia de piloto de la escuela en 16 años.
Ernest es la quinta de su clase y vicepresidenta del cuerpo estudiantil. Además de un desempeño sobresaliente, ha obtenido su diploma y su licencia de piloto, y ahora también un premio de $2,500 al ganar la Beca de la Superintendente.
“Ha hecho un trabajo extraordinario tanto en la cabina como en el aula”, dijo Tabitha Davis, directora de Sterling. “Está emocionada por las nuevas oportunidades que ahora se le presentan. Es una de las pocas mujeres afroamericanas que han conseguido este logro y estamos muy orgullosos de ella”.
El sábado por la noche, Ernest estaba entre los cientos de estudiantes senior de Sterling que se reunieron en el Estadio Butler para su ceremonia de graduación.
Cuando los estudiantes de último año salieron al campo, fueron vitoreados por sus amigos y familiares. Ernest comentó que había reflexionado acerca de la educación recibida hasta el día de hoy y sobre cuánto había crecido como persona los últimos cuatro años. También comentó que espera que sus logros inspiren a otros a creer en ellos mismos e ir detrás de retos importantes.
“A lo largo de mi vida no he escuchado a muchas personas decir que quieren ser piloto o ir a la universidad”, dijo ella, “Creo que lo que he conseguido inspirará a alguien más a soñar en grande, a hacer algo extraordinario y a salir de tu zona de confort, porque eso te ayudará a crecer”.
Ernest comentó que siempre había amado volar. Así que cuando se le presentó la oportunidad, aprovechó la oportunidad.
“Es absolutamente terapéutico”, dijo sobre la experiencia de volar. “Me siento orgullosa y agradecida porque no todo el mundo puede experimentar algo como esto”.
Este otoño Ernest continuará su educación en la Universidad Prairie View A&M, donde tiene planeado estudiar enfermería y participar en el Programa ROTC de la Marina de los Estados Unidos.
Ese sábado por la noche, acompañando a Ernest, estaba también su madre Kenya Ernest. Comentó que su hija estaba haciendo sentir orgullosa a su familia y también a toda su comunidad.
“Ella es un pilar de la comunidad”, dijo la orgullosa madre. “Ella está haciendo lo que ama y volando alto”.