Cuando piensas en deportes de preparatoria, generalmente los primeros que se te vienen a la cabeza son el fútbol americano, el baloncesto, el béisbol y todos aquellos que por décadas sirvieron como telón de fondo de películas inspiradoras sobre adolescentes corrientes que superan todas las expectativas. Probablemente el último deporte en el que pensarías sería el squash.
El squash es un deporte que se juega con dos raquetas y una pelota de goma en una cancha cubierta y cerrada. Los jugadores se turnan para golpear la pelota contra las paredes de modo que el contrincante no pueda devolverla, como si se jugara tenis dentro de un cubo. Mission Squash es una organización de Houston que usa este singular deporte como una herramienta para cerrar la brecha de rendimiento de los estudiantes más necesitados.
“Habitualmente ningún niño dice ‘Por favor, déjeme hacer cada día una hora más de matemáticas e inglés después de clases’”, bromeó Maggie Trendell, directora del programa de operaciones de Mission Squash. “El squash es realmente el medio que hace que los estudiantes quieran quedarse después de clases y poder obtener la ayuda y el apoyo que necesitan”.
Según los datos de Mission Squash, la mayoría de los alumnos participantes iniciaron el programa con dos años de retraso en el nivel de grado escolar. Los estudiantes permanecen en el programa durante siete años, desde sexto a doceavo grado, y cuando no están jugando squash, trabajan personalmente con tutores y completan las pruebas académicas del trimestre. El personal del programa se comunica regularmente con los maestros para identificar las áreas problemáticas de los estudiantes y mantenerse al día de su desarrollo académico.
Por supuesto, también hay squash.
En 2014, Mission Squash adquirió fondos para construir, en el gimnasio auxiliar de la Secundaria Hogg, tres canchas de squash y un aula para uso del programa. Este año, ocho estudiantes de preparatoria de Mission Squash, que mantuvieron al menos un GPA de 3.0, compitieron en el Torneo Nacional de Squash de Filadelfia el 9 de febrero. Mission Squash compitió contra equipos de todo el país, generalmente equipos de escuelas privadas o de equipos de squash urbano mucho más grandes, algo muy diferente a jugar squash después de clases en el gimnasio auxiliar de una escuela secundaria.
Pero como todo en el programa Mission Squash, el camino al torneo no se trató solo de squash. Los estudiantes participantes no tienen muchas oportunidades de viajar afuera de Texas, y el programa aprovecha el tiempo de los viajes a los torneos de squash para llevar a los estudiantes de preparatoria de visita a las universidades afuera del estado.
El cien por ciento de los estudiantes de Mission Squash presentaron su solicitud a institutos de Educación Superior de cuatro años después de graduarse. El programa los preparó brindándoles ayuda financiera y apoyo para becas, clases de preparación para los exámenes SAT/ACT, pasantías para preparatoria y más.
El equipo de Mission Squash quedó segundo en el torneo nacional, una gran hazaña para un equipo de orígenes tan modestos, que llegó a competir contra programas mayores y con más recursos. Esta victoria del segundo puesto es la prueba de que no importa a quien se enfrenten. Mission Squash ha preparado a sus estudiantes para superar las expectativas en el squash y en la vida.