Antes de llegar a las cafeterías escolares, la comida que se les sirve a los estudiantes de HISD pasa por un proceso único de creación y desarrollo, y el chef Christopher Keegan de Servicios de Nutrición del distrito es parte esencial de ese proceso.
Keegan es responsable de producir recetas sabrosas que a la vez son nutritivas, económicas y fáciles de preparar en las escuelas con ingredientes muy accesibles.
«Me gusta mucho idear platos que no parezcan comida de cafetería escolar», dijo Keegan. «Continuamente leo revistas y libros de recetas, y ahora estamos preparando más platos internacionales y algunas recetas veganas».
Keegan comenzó su carrera en restaurantes y fue chef en la compañía Uncle Ben’s, además de trabajar con otras empresas de la industria culinaria.
«Esas experiencias me prepararon para mi trabajo en HISD», dijo Keegan. «En esas compañías aprendí a investigar, crear y desarrollar métodos de utilización de los sabores para mejorar los productos».
David Husbands, chef ejecutivo de Servicios de Nutrición, dijo que Keegan tiene mucha experiencia en el desarrollo de sabores.
«Es todo un maestro», dijo Husbands. «Yo tengo 30 años en esta industria y rara vez he conocido a alguien que tenga ese tipo de conocimientos y habilidades. Es un científico culinario».
Keegan explicó que le gusta usar los aderezos y especias para “unir” dos ingredientes. Por ejemplo, añadiéndole canela o nuez moscada al chocolate caliente, o empleando ajo caramelizado y ajo crudo en distintos puntos del proceso de cocción de un plato.
Husbands dijo que perfeccionar una receta puede llevar días o incluso semanas, con lo cual Keegan está de acuerdo y señala que el trabajo que ellos hacen requiere de mucho tiempo.
«A veces tengo probar 25 fórmulas para dar con algo que funciona bien», dijo Keegan. «Por eso, llegar de una idea al producto final me gusta mucho. Ver que uno de estos platos se sirve en las escuelas es un momento de gran satisfacción».
Keegan dijo que recibe comentarios valiosos de los estudiantes, sobre todo de niños de cuarto y quinto grado.
«A esa edad ya saben lo que les gusta y lo que no y son capaces de explicar por qué», dijo Keegan. «Son muy sinceros; te dicen la verdad».
A pesar de los éxitos que ha tenido en la creación de platos para el menú escolar, Keegan dijo que siempre se puede mejorar.
«No tiene por qué tratarse de un cambio total. Puede ser algo tan sencillo como cambiar la forma de cocinar algo, la manera de cortar las verduras o los productos que se usan en la elaboración», dijo Keegan. «Uno nunca puede conformarse».