Permitir que su hijo tenga acceso a Internet y protegerlo en el mundo digital puede resultar difícil. A continuación le ofrecemos nueve sugerencias útiles.
Vigile la actividad de su hijo en los medios sociales.
¿Facebook, Instagram, Twitter o los tres? Identifique las plataformas de medios sociales que su hijo usa y aprenda a usarlas usted también. Envíe a su hijo una solicitud de amistad y compruebe que la haya aceptado, así usted podrá ver los comentarios y fotos que el niño publique y sabrá qué “amigos” ha hecho en línea. Recuerde, los jóvenes son muy hábiles en el manejo de esta tecnología y pueden bloquearlo para que usted no vea ciertas fotos, comentarios o su lista de amigos (ver ‘configuración de la privacidad’ abajo). Una de las condiciones que usted debe imponerle a su hijo para permitirle que use los medios sociales debe ser que no le puede prohibir a usted que vea todo el contenido de su cuenta de usuario.
Explique a su hijo la importancia de su reputación en línea.
Es muy probable que su hijo no entienda que todo lo que publique en línea permanecerá en línea permanentemente. Después de que algo se difunde en uno de los medios sociales y aparece en la pantalla de computadoras y teléfonos celulares, no hay manera de impedir que alguien lo descargue y se los pase a otras personas. Una buena regla general que le puede enseñar a su hijo es que si no desea que sus abuelos o su futuro jefe vean lo que va a publicar, no lo debe publicar.
Configuración de la privacidad.
Muchos sitios de medios sociales ofrecen a sus usuarios la opción de controlar quién puede ver el contenido de su perfil. Facebook les permite limitar el acceso al contenido que han publicado de manera que solo sus amigos puedan verlo, y Twitter les permite enviar tuits protegidos para que las personas que normalmente no siguen los tuits de un usuario no tengan acceso a lo que este publica. Asegúrese de que su hijo limite el acceso al contenido que publica solamente a las personas que él conozca. Y recuerde que esos “amigos” pueden compartir o volver a publicar el contenido publicado por su hijo.
Cerciórese de que su hijo no divulgue datos personales.
Advierta a su hijo que no comparta con desconocidos la información personal, como su domicilio, la escuela a la que asiste, su número de teléfono o su dirección de correo electrónico. Verifique que las fotos que publique en línea no revelen información que podría poner en peligro la seguridad de su hijo, como fotos donde se pueda ver la dirección de su casa o la placa de un vehículo. Y si su hijo va a dar una fiesta, no le permita que publique los detalles en línea porque al hacerlo podría atraer a personas que no desearía invitar a su casa.
Limite el tiempo de uso del teléfono inteligente y la computadora.
Si usted paga para que su hijo tenga acceso a un teléfono inteligente o a Internet, puede controlar la frecuencia con que el niño usa los servicios. Limite la cantidad de horas que su hijo dedica a alternar con sus amigos en los medios sociales, tal como le impondría un horario para llegar a casa en el mundo real.
Prohíbale a su hijo que se encuentre en persona con alguien que haya conocido en línea.
Asegúrese de que su hijo nunca acepte encontrarse en persona con alguien a quien haya conocido en línea, punto. En los medios sociales, no hay forma de saber si un desconocido está diciendo la verdad.
Úrjale que no confíe en enlaces, cuestionarios, promesas de regalos y concursos.
En Internet abundan las trampas que pueden convencer a los niños de revelar información personal. Advierta a su hijo que nunca debe usar los datos de las tarjetas de crédito ni los números de identificación de las cuentas bancarias sin antes consultarlo con usted.
Alerte a su hijo del acoso cibernético.
Si su hijo le informa que lo están acosando en Internet, notifique a su escuela inmediatamente. Es importante que hagan capturas de pantalla que muestren los mensajes de acoso para entregarlas en la escuela o a los agentes del orden. Las capturas de pantalla son imágenes instantáneas de la pantalla de la computadora que se pueden obtener fácilmente.
Converse con su hijo sobre el sexteo y sus consecuencias.
El sexteo consiste en el envío de imágenes de contenido sexual explícito a través del teléfono móvil o los medios sociales. En manos de los adolescentes, las imágenes pueden llegar a difundirse ampliamente y ser usadas para atacar, humillar y acosar en Internet a las personas que aparecen en ellas. Los menores de edad que generen, envíen o tengan guardadas imágenes de sexteo de otros menores, podrían verse sujetos a cargos judiciales de pornografía de menores y de delitos de explotación sexual. Por lo general, las víctimas de esta práctica sufren durante mucho tiempo por la angustia y la vergüenza pública a que se vieron expuestas.
Mantenga abiertas las líneas de comunicación con su hijo, en el mundo real.
Muchos niños que experimentan acoso cibernético no se lo dicen a sus padres porque temen perder su privilegio de acceso a Internet. Además, hay muchos niños que tampoco informan a sus padres sobre las invitaciones y mensajes de correo electrónico no solicitados que reciben, especialmente los de índole sexual. Asegúrese de que su hijo sepa que si se encuentra en alguna de estas situaciones puede acudir a usted para ponerle fin al asunto.