Tanto la instrucción directa como la instrucción diferenciada son estrategias válidas y efectivas para ayudar a los estudiantes a aprender. Si se imparte correctamente y con el andamiaje adecuado, la instrucción directa guía el aprendizaje estudiantil, facilita la participación y la colaboración de los estudiantes, logra una buena alineación del currículo y, más importante aún, garantiza que los estudiantes reciban buena instrucción sobre los estándares de cada grado la primera vez que se imparte. A la vez, la instrucción directa a toda una clase puede resultar demasiado difícil para estudiantes con grandes lagunas de conocimientos, o no llegar a impulsar el aprendizaje de aquellos que ya dominan un estándar o concepto en particular.
La instrucción diferenciada contempla los diversos niveles de competencia con que los estudiantes comienzan. No obstante, a veces se permite a los estudiantes dedicar tanto tiempo a ponerse al día que nunca están expuestos a contenido de su grado escolar. El otro desafío con la instrucción diferenciada es que es difícil adaptar las lecciones a los diversos niveles de comprensión o competencia en grupos de estudiantes con dificultades. Las tecnologías adaptativas y la inteligencia artificial pueden ayudar a subsanar el problema, pero al menos en el próximo decenio, es poco probable que suplanten a un maestro eficaz capaz de inspirar e impulsar más allá el aprendizaje de sus estudiantes, y al mismo tiempo ayudarlos a superar barreras sociales, emocionales y otras que obstaculizan el buen aprendizaje.
En el modelo de instrucción de nuestro Nuevo Sistema Educativo, aprovechamos las ventajas de la instrucción directa y de la diferenciada, al tiempo que mitigamos sus puntos débiles. Los estudiantes de Lenguaje Inglés (ELA) y Matemáticas en los grados 3 a 10 reciben instrucción directa durante los primeros 45 a 50 minutos de clase. Después, realizan una “demostración del aprendizaje” de 10 minutos o bien responden a una prueba breve para evaluar su dominio del objetivo de la lección. Luego los estudiantes se dividen en cuatro grupos:
- los que no lograron dominar el objetivo y aún tienen que “aprender” (L),
- los que están progresando o casi lo dominan y tienen que “asegurar” (S1) su aprendizaje,
- los que han dominado el objetivo y “asegurado” (S2) su aprendizaje de la lección, y
- los que han logrado “acelerar” (A).
Un porcentaje muy bajo de estudiantes está por encima de su grado escolar en el curso, o en la mayoría de los estándares, y trabajan en proyectos de ampliación y enriquecimiento (E).
Durante los últimos 35 minutos de clase, los alumnos competentes o acelerados se retiran del aula después de la demostración del aprendizaje y trabajan de forma independiente o en parejas en los centros de equipos donde los asesores del aprendizaje los ayudan y los mantienen concentrados. Los estudiantes que aún están aprendiendo el objetivo o que todavía no lo dominan permanecen en el aula y reciben instrucción guiada adicional de su maestro. En este modelo, LSAE, los estudiantes que están rezagados reciben más tiempo con el experto, que es el maestro, y a los estudiantes que han avanzado se les asigna trabajo más exigente.
Es posible que este modelo de instrucción único no sea adecuado para todas las escuelas, pero es muy efectivo en escuelas de bajo rendimiento y escuelas con grandes poblaciones de estudiantes que están rezagados académicamente. La red de escuelas chárter que fundé, Third Future Schools, ha perfeccionado este modelo a lo largo de siete años y ha obtenido excelentes resultados académicos. Ahora, 85 escuelas del Nuevo Sistema Educativo de Houston ISD lo están usando también y los resultados iniciales son prometedores. El próximo año, usaremos el modelo en 125 escuelas en ELA, Matemáticas, Ciencias y el Arte de Pensar.
Si bien nuestra labor procura cambiar los principios subyacentes del sistema de educación pública, creemos que mejorar la calidad de la instrucción sigue siendo una variable clave para elevar el rendimiento. Esta manera singular de combinar dos estrategias tradicionales puede ayudar a los líderes escolares de otros distritos que tienen dificultades para impartir una instrucción eficaz en el aula.