La Primaria Katherine Smith también inaugura nuevas oficinas administrativas y ala de aulas.
Los alumnos de la Escuela Primaria Sherman admiraban las pizarras inteligentes y los nuevos armarios de su escuela y ayudaban a sacar punta a los lápices mientras los maestros se preparaban para dar clase por primera vez en su nuevo edificio el lunes pasado.
“Es maravilloso porque todo es nuevo”, dijo Xavier Cegueda, un alumno de cuarto grado que fue recibido con abrazos y sonrisas por los administradores y el personal de la escuela a cargo de ayudar a los alumnos a ubicar sus nuevos salones de clases.
La escuela, ubicada en 1909 McKee Street al noreste del centro de Houston, es la última de las 23 escuelas que se construyeron con fondos del programa de bonos de 2007. El nuevo campus fue diseñado para funcionar como ambiente de aprendizaje sostenible apto para el siglo XXI, con espacios versátiles y abiertos y nueva tecnología capaz de satisfacer las necesidades de hasta 750 alumnos.
“Hay más luz, y el espacio es más abierto”, dijo Beverly Banda, maestra de primer grado. “Ahora tenemos más lugar para guardar cosas y me encanta que en cada salón de clases hay una pizarra inteligente”.
El edificio es de dos pisos, tiene 85.000 pies cuadrados de superficie y los salones, pintados de rojo, azul y amarillo, están equipados con mobiliario moderno y tienen varias ventanas para que las aulas y las oficinas administrativas reciban más luz natural. La escuela cuenta con 35 salones de clases, salones multiuso, jardines en la azotea, salas de música y arte, dos laboratorios de ciencia y un laboratorio de computadoras con 34 terminales de trabajo.
“Las remodelaciones son estupendas”, dijo Hema Caballero, mientras recorría la escuela con su hijo Axel, un alumno de quinto grado. Axel describió la nueva escuela como “más brillante”.
No muy lejos de allí, los alumnos y el plantel de la Escuela Primaria Katherine Smith celebraban también la ampliación de su escuela. Esta incluye un ala de 41.998 pies cuadrados de superficie que alberga modernas oficinas administrativas y salones de clase. La expansión de esta escuela, que tiene una matrícula de 900 alumnos, fue financiada con fondos del programa de bonos de 2007.
“Es emocionante mudarse aquí, al nuevo edificio, después de haber pasado tanto tiempo en los edificios temporarios”, dijo Kimberly Kiser, una maestra de escritura que trabaja en Smith desde hace seis años. “Es tiempo de aprovechar nuevas oportunidades. Los niños entran en estos fabulosos salones de clases y quedan maravillados”.
El edificio original de la Escuela Sherman fue construido en 1967, y antes consolidarse con la Escuela Primaria Crawford era uno de los más antiguos de la ciudad.
“Como directora, mi sueño era poder abrir una nueva escuela algún día y aquí estamos hoy”, dijo la directora de Sherman, Amelia Cardenas-Aguilar.
Lo que más le gusta de la escuela a la directora es la biblioteca, que está ubicada en el centro de la escuela y servirá de recurso a los estudiantes, los padres de familia y la comunidad que la rodea.
“Tiene el aspecto y la atmósfera de una biblioteca universitaria”, dijo Cardenas-Aguilar. “Es fantástico tener toda esta tecnología en el edificio, especialmente porque vivimos en una época en que niños de 2 y 3 años ya usan teléfonos inteligentes y iPads. Poner estos recursos a su alcance mejorará e inspirará el aprendizaje de los estudiantes”.
La escuela tiene jardines de azotea donde los alumnos pueden plantar verduras y participar en proyectos didácticos prácticos.
“Eso permite usar el edificio como herramienta de aprendizaje, porque funciona también como laboratorio de ciencias al libre libre”, dijo el arquitecto de la escuela, Martin Needle de la firma Collaborate Architects. “Siempre es emocionante ver la apertura de una escuela después de haber pasado por el proceso de diseño desde el concepto original a la finalización del trabajo. Finalmente, la comunidad recibe la escuela que ha estado esperando”.
Kimberly Butler, madre de una alumna de Kindergarten que asiste a la Escuela Primaria Katherine Smith, dice que cree que el aprendizaje de su hija mejorará en el nuevo edificio.
“Le pregunté a mi hija cómo se sentía hoy y me respondió, ‘me siento feliz’”, dijo Butler.