Timur Gareev, gran maestro internacional, pronto tratará de romper un récord mundial. Jugará simultáneamente el mayor número de partidas de ajedrez que alguna vez se haya jugado pero con un peculiar detalle: con los ojos vendados. Y para lograr ese objetivo, diez estudiantes de diferentes escuelas de HISD, le ayudaron a prepararse.

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Nacido en Uzbekistán, Timur Gareev se convirtió en el gran maestro internacional más joven de Asia en 2004, a la edad de 16 años. Recientemente, el 19 de septiembre, se enfrentó con diez de los mejores jugadores de ajedrez de HISD y los derrotó a todos (junto con tres estudiantes de una escuela privada local) en un lapso de pocas horas, a pesar de no poder ver ninguno de los tableros.

“El ajedrez es uno de los juegos más complicados pero al mismo tiempo simples que hay en el mundo, y es muy fácil jugarlo y dominarlo”, dijo Timur Gareev. “No obstante, pocos se acercan a él y mucho menos tratan de conquistar el arte de jugarlo si no tienen un tablero de ajedrez o las piezas”.

El entrenador Robert Myers coordinó el evento en el que los estudiantes de la Secundaria McReynolds, la Academia Preuniversitaria Masculina Mickey Leland y las Preparatorias Furr y Chávez se enfrentaron a Timur. Él dijo que Gareev es bien conocido por su habilidad para competir en el ajedrez con los ojos vendados pero que no deja de ser algo muy impresionante.

“Imaginen jugar tic-tac-toe con alguien por teléfono”, dijo Myers, “y que deben tratar de recordar dónde están todas las equis y las os. Estamos hablando de llenar sólo nueve espacios de un tablero frente a un solo oponente y de acabar el juego en unos cuantos movimientos. Ahora imagínense tratar de llevar el registro de 13 oponentes diferentes con 13 tableros diferentes de 64 espacios y 32 piezas cada uno. Eso es lo que hizo Gareev”.

“Fue un honor estar al lado de alguien tan hábil como él”, añadió Aaron Lazo, quien es un junior y capitán del equipo de ajedrez en la Preparatoria Furr. “Sé que él tuvo que recorrer un largo camino para llegar allí y espero que un día yo pueda ser tan talentoso como él.