Ya se ha convertido en una tradición anual que los alumnos de la clase de cohetes de altitud del Dr. Nghia Le de la Preparatoria Booker T. Washington y los estudiantes de la Preparatoria para las Profesiones en Ingeniería viajen a White Sands Missile Range en Nuevo México con el fin de lanzar un cohete construido durante el ciclo escolar.
Cada año los resultados son diferentes. En esta ocasión, el equipo del Golden Eagle 6.5 consideró que su lanzamiento fue exitoso, a pesar de que el cohete no alcanzó los 100 000 pies que se esperaba ni entregó la carga de la NASA.
Éste es el séptimo año en que el Dr. Le viaja con sus alumnos para pasar una semana en el sitio de lanzamientos. El jueves, 29 de junio, su equipo llegó al lugar a las 6 de la mañana después de haber pasado un largo miércoles reparando el cohete, pues había fallado dos pruebas de presión. Trabajaron lo más rápido que pudieron para repararlo y cuando el personal de SystemsGo llegó a su hotel para realizar la prueba final de presión, lo aprobaron para su lanzamiento. Esa mañana hicieron los preparativos finales y varias personas se ofrecieron a ayudarles a colocar el cohete en la plataforma de lanzamiento.
Todos los estudiantes se trasladaron entonces a un búnker desde donde verían el lanzamiento a través de pantallas. El personal de SystemsGo llenó el artefacto de óxido nitroso y comenzaron la cuenta regresiva. El cohete se elevó de forma majestuosa y alcanzó una altura no confirmada de unos 9 000 pies antes de regresar a tierra. Durante el vuelo se rompió el fuselaje por debajo de la placa de difusión, y debido a eso el vuelo fue corto además de que al no salir el cono de la nariz, la carga no se expulsó.
“Aunque el Golden Eagle 6.5 no hizo un vuelo perfecto, fue todo un éxito”, dijo la estudiante Shemia Anderson. “Aprendimos mucho de esta experiencia y ahora sabemos lo que hay que corregir para el futuro. Éste no es el final de nuestro viaje sino el principio”.
Estos estudiantes junior y senior de la Preparatoria Washington tuvieron que tomar tres años de clases de ingeniería para llegar hasta este punto.
“Estoy muy orgulloso de mis alumnos”, dijo el Dr. Le. “Yo les doy dirección, orientación y apoyo, pero depende de ellos poder trabajar juntos como un equipo para resolver problemas y salir adelante”.
A este viaje se unieron también tres estudiantes ahora universitarios graduados de la Preparatoria Washington que el año pasado lanzaron un cohete sin éxito (vea esa historia aquí). Ellos fueron parte del equipo Golden Eagle 5 y sentían que tenían un asunto pendiente. Por esa razón, durante el presente ciclo escolar trabajaron para poder tener otra oportunidad de lanzamiento.
“Ese jueves esperamos ansiosamente nuestro turno para lanzarlo”, dijeron Osvaldo Vásquez, Dillan McDonald y Leslie Cosme. “Estábamos sentados al borde de nuestros asientos cuando escuchamos la cuenta regresiva: 10, 9, 8…3, 2, 1… ¡ahora! Todos nos alegramos, el cohete dejaba una hermosa estela y subía rápidamente; pero después de que desapareció el humo, nos pusimos tristes al ver que la aleta se había quedado en el carril de lanzamiento. No obstante, consideramos que fue un intento exitoso y estamos agradecidos por la increíble experiencia”.
Osvaldo Vásquez terminó su primer año universitario en Texas Tech y tiene un equipo con el que compitió internacionalmente con el diseño de una nave espacial. Ellos quedaron en primer lugar de su división y en tercer lugar general. Dillan McDonald está en el programa aeroespacial de la Universidad de Texas y ha estado trabajando como pasante de la NASA. Leslie Cosme asiste al Houston Community College y planea inscribirse en una licenciatura.