Sorprender a una enfermera escolar no es nada fácil.
Cuando el equipo de Recursos Humanos encargado de entregar premios entró por la puerta de atrás en la escuela en St. George Place, la enfermera Hsueh Beveridge estaba llevando a cabo sus tareas matutinas cerca de la entrada principal. Para el equipo de premios era importante no estropear la sorpresa de que Beveridge había sido nombrada enfermera de secundaria del mes de marzo.
Cuando llegó a la cafetería escolar, esperando encontrarse ante un problema médico, Beveridge se sorprendió al ver al equipo esperando con varios maestros, el director de la escuela y un invitado especial: su esposo.
«Me siento muy honrada», dijo Beveridge. “¡Y algo abrumada!”
Además de sus responsabilidades de enfermera, Beveridge dirige el Comité de Salud y Bienestar de la escuela y presenta sesiones de capacitación profesional sobre salud y seguridad varias veces al año.
«Es cariñosa, recta e incansable en su apoyo a nuestros estudiantes y maestros», dijo el director Sean McClish. «Ha hecho un trabajo increíble en la comunicación y asesoramiento de las familias, los maestros y el personal en relación con COVID 19, cerciorándose de que todos estén informados, cómodos y seguros».
Por su parte, Beveridge cree que todas las enfermeras escolares merecen recibir un reconocimiento.
«No podía creerlo. No soy la única que se lo merece. Realmente ha sido muy, muy difícil para todos», dijo. «Sé que mis colegas, las demás enfermeras escolares, trabajan con tanta dedicación como yo. Me siento muy afortunada por este honor y reconocimiento».
En la Academia Jane Long, la enfermera Dori Brasher realmente ha respondido a las necesidades, sirviendo como enfermera escolar allí y en el plantel contiguo, la Escuela Las Américas, que educa a estudiantes inmigrantes y refugiados acabados de llegar al país y que tienen un manejo del idioma inglés muy limitado o nulo.
Como dice la directora Marie Moreno, Brasher ayuda a los estudiantes atendiendo más que sus necesidades médicas inmediatas, al brindarles recursos adicionales —ya sea calzado, ropa o tarjetas de compra— y ayudarlos a encontrar clínicas cercanas que atienden a estudiantes sin seguro.
«Hace un trabajo increíble. No solo se ocupa de la Academia Long, sino de la Escuela Las Américas», dijo Moreno. Es una inspiración. Es solidaria. Va más allá de su deber».
Brasher, exenfermera de un hospital pediátrico, quería trabajar en una escuela para ayudar a los estudiantes a largo plazo y verlos crecer.
«Este es mi octavo año aquí, y espero jubilarme aquí», dijo Brasher. «Aquí es donde me encanta estar».