Los estudiantes de la Primaria West University se han convertido en expertos en reciclaje. En la escuela, revisan hasta el fondo los contenedores de plástico en busca de códigos de identificación, y saben qué artículos pueden depositar en el contenedor de reciclaje y cuáles deben devolverse a la tienda de comestibles. Se puede decir que sus conocimientos de reciclaje superan los de más de un adulto, ya que el personal y los padres de West U se han encargado de enseñarlos bien. Y no todo es reciclaje, también saben conservar agua y energía.
El reciclaje y la conservación son parte del plan académico de West U., pero para la Semana de la Tierra, que comienza el 18 de abril y finaliza el Día de la Tierra, el 22 de abril, los estudiantes participaron en juegos y lecciones para ampliar sus conocimientos de las mejores prácticas de reciclaje y aprender a aplicarlas en la vida cotidiana. La escuela, en colaboración con el Departamento de Energía y Sostenibilidad de HISD, contribuye y motiva instalando contenedores de reciclaje nuevos y brindando oportunidades educativas para que los estudiantes y el personal de mantenimiento pongan en práctica estos conocimientos.
Lindsey Gregory es madre de un estudiante de esta escuela y miembro de la Mesa Directiva de Reducción de Residuos y Reciclaje de la Ciudad de West U. Su trabajo junto a Julie Fehl y Leslie Delcid, otras dos madres, fue fundamental para poner en marcha estas iniciativas estudiantiles.
«Saben lo que deben hacer para reciclar», dijo Gregory. «Solo es cuestión de darles oportunidades de hacer lo correcto».
Como parte de estas iniciativas, en una clase complementaria de ciencias, los estudiantes se reunieron alrededor de una caja que contenía diferentes artículos dispuestos en casilleros, y se les pidió que indicaran cuál era el proceso adecuado para desechar cada material.
Otra de las actividades se llevó a cabo en clase de educación física, donde los estudiantes formaron dos filas para una carrera de relevos de reciclaje. Mientras separaban los artículos en montones reciclables y no reciclables, aprendían juntos ayudándose con entusiasmo.
En la biblioteca de la escuela, otro grupo de estudiantes cortaron hojas hechas de papel reciclado y las decoraron con sus promesas personales de conservación para colocarlas en un enorme árbol de papel en la pared exterior.
Alexa Clark, de segundo grado, sabe que aun los pequeños cambios pueden tener un gran impacto. «Voy a cerrar el grifo cuando me esté cepillando los dientes para no desperdiciar agua», dijo.
Además de facilitar estas lecciones prácticas, West U ha adquirido contenedores de reciclaje nuevos para la cafetería. Esto brindará a los estudiantes una experiencia de reciclaje, y a la vez aliviará la responsabilidad de separar desechos del personal de mantenimiento de la escuela.
La inspiración para las iniciativas fue un análisis de la basura de la escuela, según Gregory, donde se descubrió que los estudiantes y el personal de West U podrían hacer más para mitigar los desechos de la escuela.
La subdirectora Amber Pinchback ha visto una diferencia en sus estudiantes desde que se establecieron estas iniciativas. «Han asumido una mayor responsabilidad por sus desechos durante en el almuerzo, en el salón de clases y en casa», dijo Pinchback. «Es divertido verlos aprender estas cosas, y si pueden enseñarse unos a otros, así es como continuarán haciéndolo».