Una visión es más que una declaración.

En el año 2000, Reed Hastings, CEO de Netflix, se reunió con John Antioco, CEO del gigante del alquiler de películas, Blockbuster. Hastings le pidió a Antioco que comprara su incipiente Netflix y creara una plataforma de transmisión digital. Antioco lo rechazó. En el 2010, tan solo una década después, Blockbuster se declaró en bancarrota y, bueno… ya conocemos la historia de Netflix.

Sospecho que, en el 2000, los accionistas de Blockbuster estaban satisfechos con su líder y contentos con las ganancias. Una encuesta a los clientes probablemente habría mostrado gran satisfacción con las tiendas. Pero los líderes de Blockbuster no miraron lo suficientemente lejos hacia el futuro. Hicieron mejoras e “innovaron”, pero nunca cambiaron los principios básicos de su sistema de proveer películas a los clientes. O bien carecían de visión o cayeron presa de la perdición de muchos aspirantes a visionarios: una estructura de incentivos abrumadoramente centrada en éxitos a corto plazo.

Una visión también cuenta en la educación, y con la tecnología avanzando a un ritmo exponencial, la visión es aún más importante. Pero ¿qué es una “visión” en educación y cómo pueden los líderes demostrar una visión en un sistema que en las últimas décadas ha fracasado rotundamente en ofrecer resultados a los estudiantes? ¿Cómo puede un sistema así prepararse para un futuro impreciso?

Tener una visión es llevarla a la práctica para lograr que la organización tenga éxito a largo plazo. Una visión sin acción es solo una declaración de visión.

El diccionario Merriam-Webster define la visión como “el acto o poder de la imaginación o discernimiento o previsión inusuales”. Otras definiciones formales son igualmente amplias o vagas, pero la mayoría de ellas se refieren a la noción de una orientación hacia el futuro al describir la visión. En las empresas, en particular, los líderes con una visión toman medidas para garantizar el éxito futuro de la organización. Para mí, una persona con visión puede ver y analizar múltiples tendencias y luego extrapolarlas hacia adelante en el tiempo. Por ejemplo, un equipo de liderazgo actual debería analizar los cambios del entorno laboral, la creciente ubicuidad de la inteligencia artificial y las líneas de tendencia que están adquiriendo relieve en materia de habilidades duraderas y otras competencias para el Año 2035, cuando los niños de primer grado de hoy se graduarán de la preparatoria. Luego, el equipo debería evaluar el impacto que tendrán esas tendencias y prepararse ahora para ese futuro probable.

Tener una visión es actuar de manera que garantice el éxito de la organización a largo plazo.  La visión sin acción es solo una declaración. Todos los distritos tienen una “declaración de visión”, pero pocos han cambiado su forma de operar a pesar de los rápidos cambios de la tecnología y del funcionamiento de la sociedad. Por ende, no están preparando a los estudiantes para un mundo y entorno laboral fundamentalmente diferentes. Para hacer realidad una visión, primero hay que demarcar terreno en cuanto a lo que depara el futuro y el impacto que tendrá en los estudiantes. Si el equipo líder no vincula sus acciones a un futuro probable, cualquier camino servirá, y casi con certeza será el camino que siempre han transitado.

Sin duda, hay riesgos, ya que no se puede predecir el futuro a ciencia cierta. Pero las tendencias suelen ser claras, y muchas organizaciones analizan el impacto de cambios futuros en realidades presentes. Por ejemplo, no se necesita una bola de cristal para hacer las siguientes predicciones:

  • La inteligencia artificial continuará creciendo exponencialmente y eliminará los empleos que puedan automatizarse.
  • Los empleadores del futuro darán prioridad a las habilidades del Año 2035, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, aprender a aprender, la alfabetización informacional, la colaboración en equipo y el trabajo con IA.
  • Los maestros insistirán en un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal y un salario mucho más profesional.

Agrego:

  • El número de personas que querrán ser maestros en los próximos años aumentará enormemente, llegando casi a eliminar la escasez de maestros en áreas urbanas.
  • Habrá un reconocimiento generalizado de que muy pocos estudiantes se gradúan con las habilidades que serán necesarias en el Año 2035 para empleos de cualificación media, ingresos medios y cualificación alta. En consecuencia, los graduados serán relegados a trabajos de cualificación y salarios bajos. Para cuando esto se reconozca ampliamente como un gran desafío para las escuelas, será demasiado tarde para la mayoría de los 51 millones de estudiantes de hoy.
  • Sin cambios drásticos al sistema de educación pública actual, la pérdida de estudiantes por elección de otros tipos de escuelas (chárter, privadas, escolarización en casa, escuelas boutique, etc.) se acelerará.

Independientemente de la imagen que tengamos del futuro, la verdadera pregunta para los líderes es qué van a hacer para mitigar cualquier impacto negativo que ese futuro probable tendría en su organización y en los estudiantes, y cómo los prepararán mejor para el éxito en el mundo y el entorno laboral futuros.

Es en este punto que algunos de mis colegas me dicen: «”$%&#*!, Mike. Es lo que podemos hacer para mejorar las puntuaciones de lectura». Soy comprensivo y entiendo todas las fuerzas que actúan en contra del cambio y la capacidad personal para lograr incluso una visión modesta, como la falta de tiempo, objetivos a corto plazo, métricas de cumplimiento, reacción adversa a cualquier tipo de cambio, política, sesgo del statu quo y el conocimiento de que las personas necesitan pruebas antes de estar dispuestas a cambiar su rutina de ir a Blockbuster el viernes por la noche.

El Distrito Escolar Independiente de Houston procura mediante su labor continua ser esa prueba para los grandes distritos urbanos. Hemos implementado un Nuevo Sistema Educativo en 85 de nuestras 273 escuelas. Estas escuelas tienen un modelo de dotación de personal y remuneración fundamentalmente diferente para adelantarnos a los cambios del mercado laboral. El nuevo modelo de dotación de personal se extenderá a más escuelas el próximo año. En las escuelas del NES se requiere el curso “El arte de pensar” en tercero a octavo grado con el fin de ayudar a todos los estudiantes a prepararse para un mundo que dará prioridad a las competencias del Año 2035, y eso también se ampliará el próximo ciclo escolar. Además, el año que viene añadiremos cursos de “trabajo con IA” en todas las escuelas preparatorias del Distrito, para lo cual el verano próximo capacitaremos a todos los maestros en el uso de la IA en el entorno laboral. Estas son solo algunas de las medidas que estamos tomando con el objetivo de prepararnos para el éxito en el futuro. 

Sí, también tenemos que mejorar el nivel de competencia de nuestros estudiantes en lectura y matemáticas, pero debemos hacer ambas cosas: cerrar la brecha de rendimiento tradicional y cerrar la brecha de habilidades que se está convirtiendo en una crisis nacional. 

Espero que el futuro se desarrolle de tal manera que haya más oportunidades que obstáculos para nuestros estudiantes. No dejemos su futuro librado al azar. En cambio, llevemos a la práctica una visión que los prepare para un entorno laboral y un mundo diferentes.