Tal como millones de personas en todo el país, Aleyna Kilic, una estudiante de séptimo grado de Jersey City, NJ, con cierta incredulidad vio en las noticias la devastación provocada por la tormenta que resultó del huracán Harvey. Y en lugar de pensar, “alguien tiene que hacer algo”, ella supo que debía involucrarse personalmente.
Aleyna asiste una escuela chárter PK-8 llamada The Learning Community Charter School que atiende a 585 estudiantes de todas partes de Jersey City, una de las ciudades más diversas de la nación.
Insegura sobre qué sería lo mejor por hacer contactó a Shanelle Muse, la consejera de su escuela y quien anteriormente había sido su maestra. Con ella había desarrollado un proyecto de servicio comunitario en el que recadó dinero para enviar a Sudán del Sur y que podría haber “despertado su mente”.
La consejera Muse dijo, “No podemos darle ningún mérito a esta iniciativa. Como escuela, nuestra misión es que el plan de estudios esté basado en las necesidades y los intereses de nuestros estudiantes; entonces nos sentimos muy satisfechos cuando vemos que se cristaliza nuestro trabajo y se amplía a nivel global. Es algo hermoso”.
Muse le dijo a Kilic que viera a Jennifer Hughes, la directora de desarrollo de la escuela, para que supervisara la recaudación de fondos y ambas idearon un plan.
“Hablamos sobre lo difícil que es para las personas conseguir donaciones después de un desastre y de cómo se puede utilizar el dinero en efectivo de una mejor manera”, dijo Jennifer Hughes. Entonces decidieron buscar una primaria específica en el área de Houston para conectar mejor a los estudiantes de Jersey City con los niños más necesitados en Texas.
Ms. Hughes ayudó a Kilic a encontrar información en línea sobre las escuelas de HISD y contactó a FACE, el Departamento de Empoderamiento Familiar y Comunitario, con quien revisó las escuelas afectadas. La Primaria Mitchell resultó ser la elegida pues fue una de las que más daños sufrieron y una de las que tuvieron que reubicarse debido al huracán Harvey.
“Quise involucrarme porque sabía que no podía simplemente sentarme sin hacer nada”, dijo Kilic. “Hice mi propia investigación y descubrí que muchos suministros terminan en los almacenes y no llegan a la gente que los necesitaban. Eso me hizo querer ayudar aún más”.
Kilic organizó una serie de ventas de pasteles, uno en la ciudad de Nueva York, donde su padre tiene una tienda de comestibles, una afuera de su escuela y otra en un parque local.
Después supo que las regulaciones estatales de salud le impedían vender productos horneados en el parque pero en su lugar repartió golosinas a cambio de donaciones. Reunió a más de diez estudiantes para que fungieran como panaderos, vendedores y organizadores, para lo que utilizó hojas de cálculo y documentos de Google. Después le envió un correo electrónico al alcalde de Jersey City, Steven Fulop y de él obtuvo una donación y una nota personal en su correo electrónico “agradeciéndole por todo lo que estaba haciendo”. Al final, Kilic y su grupo recaudaron $1,324.55 dólares.
Aleyna Kilic es parte del equipo de atletismo de su escuela, así como del club de matemáticas y del consejo estudiantil. Es líder de mediación y tutora de estudiantes más jóvenes que ella. “Aprendí que debes tomar el control y convertirte en un líder y que debes cuidar que todos se sientan incluidos”, dijo. “Lo disfruté porque definitivamente fue una experiencia nueva para mí y nunca antes había hecho algo así”.