Para Ernest Russell, un estudiante sénior de la Escuela Preparatoria Yates, el reciente evento de graduación al aire libre en el cual participaron estudiantes de toda la ciudad fue más que una celebración de homenaje a su graduación de la histórica escuela.
La celebración —que se llevó a cabo en un colorido marco de mascarillas alusivas y con las sillas espaciadas en atención al distanciamiento social— representaba para él la culminación de un recorrido difícil marcado por la pérdida de su padre y la indigencia.
«Me faltan las palabras para describirlo. Pero si tuviera que elegir una, diría que fue difícil», dijo Russell.
Después del fallecimiento del padre de Russell en un accidente automovilístico en septiembre de 2018, el joven quedó sin vivienda, mudándose de la casa de un amigo a la de otro antes de instalarse en la casa de su primo. Lamentablemente, le llevaba tres horas llegar a la escuela cada mañana desde su nueva vivienda. No tardaron en acumularse las llegadas tarde a clase. Su consejero se dio cuenta y le encontró otro lugar donde vivir que le ofrecía transporte de ida y vuelta a la escuela.
En medio de todo, Russell nunca dudó que terminaría su carrera académica.
«Que yo me graduara era lo que quería mi padre. Él quería que yo fuera capaz de dejar un legado», dijo Russell. «La idea de que yo no lograra lo que mi padre siempre quiso para mí me hacía sentir que lo estaba abandonando. Eso fue lo que me mantuvo encaminado todo este tiempo».
Aunque la pandemia de COVID-19 impidió que los estudiantes de último año tuvieran una ceremonia de graduación formal, la directora Tiffany Guillory dijo que era importante celebrar el logro por la perseverancia de Russel y sus compañeros. Ella dijo que más del 76 por ciento de los alumnos de Yates ha sido aceptados en institutos de enseñanza superior con planes de dos o cuatro años de estudios y han recibido más de $1,75 millones en becas.
«Este año nuestros estudiantes sénior, y los de todo el mundo, se han visto privados de muchas cosas, como el prom, un viaje de fin de curso, la semana para séniors, y todas las otras actividades tradicionales de esta etapa», dijo Guillory. «Este es el día en que celebramos su exitoso final de curso, aún en estas circunstancias sombrías».
Acompañado por última vez por los estudiantes sénior de Yates, todos juntos en la escuela, y con familiares y amigos vitoreando al otro lado de la cerca que rodea el campo del plantel, Russell pensó sobre el año escolar pasado y las lecciones que llevará consigo en la vida. Tiene pensado estudiar música y trabajar en el sector de bienes raíces.
«Me va a impulsar a lo largo del camino», dijo. «Hará de mí una persona mejor».