En las escasas ocasiones en que las temperaturas de Houston bajan a cero, ponerse en marcha por la mañana no es fácil. Y no solo para las personas. Las escuelas y los autobuses también necesitan tiempo para calentarse.
Detrás de cada viaje de autobús y salón de clases cálido, hay un equipo de empleados que le ha hecho frente al frío en la oscuridad de las primeras horas de la mañana a fin de lograr ese objetivo a tiempo para la llegada de los estudiantes.
Estos empleados ponen manos a la obra cada vez que la temperatura desciende a menos de 32 grados.
A pesar de que el frente frío que se ha pronosticado para este fin de semana no traería una helada, enero y febrero son los meses más fríos del año y nuestro personal está listo para su trabajo.
«Somos alrededor de 20 a cargo de inspeccionar diferentes sectores de la ciudad», dijo John Wilcots IV, gerente general de Servicios de Transporte, quien saldrá a las 2:30 a.m. para ver si las calles por donde transitarán los autobuses están cubiertas de hielo.
Si las calles y los puentes no presentan riesgos, el trabajo más exigente de su equipo será calentar una flota de casi 1000 autobuses antes de que lleguen los conductores.
«Nos encargamos de poner en marcha el motor de los autobuses temprano para ellos», dijo Wilcots explicando que lleva alrededor de hora y media calentar el interior de los autobuses escolares, ya que son de hojalata y acero.
Calentar un edificio también lleva bastante tiempo.
«Nuestro objetivo es que las escuelas sean un sitio cálido, cómodo y acogedor cuando llegan los estudiantes y el personal», dijo Ricardo Hinojosa, quien en calidad de gerente sénior de Mantenimiento e Instalaciones supervisa a los técnicos de HVAC del distrito.
Para lograrlo, el primer paso es dejar que las bombas funcionen durante la noche para que las tuberías no estallen. Luego regresan alrededor de las 3 a.m. para comprobar que las calderas que calientan el edificio estén funcionando.
Cuando los operadores de planta llegan unas dos horas después para abrir y preparar sus respectivas escuelas encienden las calderas. Si hay algún problema inmediatamente solicitan asistencia.
En los edificios temporales y estadios que no tienen operadores de plantas o calderas, los plomeros de HISD se hacen cargo de los preparativos.
Lo más importante es revisar los baños y, si se ha sabido con anticipación, una semana antes cierran válvulas de agua, drenan tuberías y llenan los inodoros con líquido anticongelante.
«Siempre tomamos precauciones, pero a menos que se trate de un par de días de 15 a 17 grados, no pasamos al modo de alarma», dijo Nathaniel Norris, líder del equipo de plomería de servicios de mantenimiento de la zona sur, quien ha vivido una buena cantidad de mañanas heladas en sus 40 años en el distrito.
Es posible que Norris no tenga que poner a prueba su experiencia este fin de semana, pero dijo que estará listo cuando llegue el momento.