Para celebrar el Mes de la Tierra, el Departamento de Energía y Sostenibilidad de HISD presentó un concurso dirigido a fomentar la conciencia ambiental y la creatividad mediante la reutilización de materiales reciclables en obras de arte. La esperanza del departamento era que el concurso motivara a los estudiantes y promoviera la conservación y un compromiso más activo con el medio ambiente tanto en la escuela como en el hogar.
Los estudiantes de cuarto grado de la maestra de arte SonHye Han, de la Escuela Primaria Briscoe, aceptaron el desafío. Para construir un modelo a escala de paisaje urbano reciclado, emplearon cajas de cartón vacías y otros materiales reciclables sin usar que encontraron en su casa. Ganaron el premio al mejor y más innovador proyecto: una fiesta con pizza en la clase.
«Se entusiasmaron mucho cuando comenzamos a hablar del proyecto», dijo Han. «Hablamos sobre reciclaje y empezaron a recolectar artículos que podríamos usar, en lugar de tirarlos a la basura». Los estudiantes trajeron de todo un poco, desde marcadores usados hasta tubos del papel higiénico para construir su ciudad reciclada, una metrópolis con todos los negocios esenciales que se les ocurrieron, entre ellos, dos tiendas Walmart, un Chick-fil-A y una casa encantada.
«Hacer este proyecto de reciclaje con ellos significó mucho para mí porque dio alas a su creatividad», dijo Han, comentando que los estudiantes usaron ambientadores aromáticos agotados como pequeñas farolas y crearon los rascacielos usando cajas largas.
Jazlynn Garza, una de las alumnas de Han, explicó cómo se le ocurrió a la clase su idea. «Mucha gente recicla cajas, y por eso pensamos que podríamos hacer un pueblo en miniatura con cajas», dijo. «Se puede hacer mucho más con el reciclaje, como mejorar tus habilidades artísticas».
Julon Pinkston, profesor de arte de la Escuela Secundaria Black, se alegró de tener un proyecto colaborativo para sus alumnos después de dos años de aislamiento intermitente debido a la pandemia de COVID-19. «Este año descubrí que los estudiantes quieren hacer cosas más orientadas al grupo», dijo. «Han dejado de lado todo lo que sea callado y tranquilo porque de eso ya han tenido bastante».
Los alumnos de octavo grado de Pinkston tenían una variedad de materiales reciclados para elegir en su salón de clases, ya que los proyectos de arte que asigna suelen incluir el uso de objetos encontrados o materiales reutilizados poco comunes.
Este grupo de estudiantes también ganó una fiesta con pizza por su presentación de una escultura de un jarrón de flores hecha con un recipiente de vidrio viejo cubierto con tapas de botellas pintadas. Usaron alambre reciclado para esculpir las flores, a modo de tributo a la belleza del mundo natural que el Programa Reducir, Reutilizar, Reciclar procura mantener.
«Esta fue una forma muy hermosa de agradecer a la Tierra por lo que nos brinda», dijo Andrew Hernández, estudiante de octavo grado. «Cada vez que construyes algo, estás agradeciendo al mundo lo que te brinda, y esa es solo una entre los millones de razones que hay para crear».
Stephanie Walker, analista de garantía de calidad de Energía y Sostenibilidad, se hizo presente para agradecer a los estudiantes de la Primaria Briscoe y la Secundaria Black por participar en el Concurso Reducir, Reutilizar, Reciclar, y para llevarles la pizza que por su gran esfuerzo se merecieron. También les llevó cupcakes de sorpresa.
«El año que viene haremos un concurso similar con más escuelas en competencia», dijo Walker. «El propósito del Programa Reducir, Reutilizar, Reciclar es involucrar a los estudiantes y lograr que aprendan qué pueden hacer para salvar nuestro planeta».