Para Rebecca Stansell, estudiante de décimo grado de la Preparatoria Booker T. Washington, el primer día de instrucción presencial del ciclo escolar 2020-21 fue particularmente emotivo y hasta se sintió un poco nerviosa.
La superintendente interina de HISD, Grenita Lathan, tenía previsto visitar esta histórica escuela de Independence Heights el primer día de clases presenciales, donde Stansell y sus compañeros del programa de ingeniería la recibirían con una pantalla facial diseñada para proteger contra la COVID-19.
«Era emocionante, si bien algo estresante, porque yo nunca había visto a la superintendente. Ese día hubo mucho movimiento y mucha gente», dijo Stansell. «Armamos su pantalla facial la semana pasada, y creo que estaba contenta, y hasta sorprendida, de ver que incluso le habíamos puesto el nombre de ella».
Desde marzo, los estudiantes del programa Magnet de ingeniería de Washington han estado produciendo pantallas faciales usando impresoras 3D. El trabajo empezó como un llamado a la acción para cubrir una necesidad inmediata de equipo de protección personal debido a la propagación de la COVID-19.
La escuela se asoció con TX / RX Labs, una organización local sin fines de lucro, con el objetivo de producir miles de pantallas faciales para personal de atención de emergencias de Texas. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de llevarse a casa impresoras 3D de la escuela cuando el distrito instituyó la instrucción virtual. Según el instructor de ingeniería de Washington, el Dr. Nghia Le, los estudiantes fabricaron pantallas prácticamente las 24 horas al día en su casa, produciendo una cada cuatro horas, aproximadamente.
Ahora los estudiantes producen pantallas como parte del curso de ingeniería, e incluso han hecho una para cada miembro del personal de su escuela.
«Brindar a nuestros estudiantes oportunidades de aplicar lo que están aprendiendo para beneficio de la comunidad es muy importante», dijo el Dr. Le. «Quiero que cada uno de los proyectos de nuestros estudiantes les aporte algo. Quiero que vean cómo se aplica la ingeniería en entornos y situaciones cotidianas, y que sepan que el trabajo que hicieron aquí en el laboratorio tal vez salvó vidas».
El curso práctico de ingeniería ha motivado a Stansell a servir a los demás.
«Hacer todo lo que pueda para ayudar a otras personas usando mis conocimientos me causa gran satisfacción», dijo Stansell. «Ver el resultado y los efectos positivos de nuestro trabajo en este programa me motiva a esforzarme para alcanzar mis metas futuras”.
Las pantallas faciales producidas por los estudiantes de ingeniería de Booker T. Washington cuestan $12 y $17 si son personalizadas. Puede hacer un pedido aquí.