Cuando Nathaniel Melvin empezó a enseñar arte en la Preparatoria Westbury, se le asignó un aula sin lavamanos. Para alguien que se especializa en crear grandes esculturas y piezas de arte técnicas, esto era un problema.
Él instaló uno, pero aún así, el aula nunca funcionó de la manera que él necesitaba. No había suficientes armarios para guardar suministros.
Melvin ahora enseña en un estudio de artes visuales especialmente diseñado para satisfacer las necesidades de los alumnos. Cada mesa de trabajo dispone de suficiente electricidad a través de unos cables provenientes del techo. Tienen mucho espacio de almacenamiento incorporado. Y lo más importante: no hay uno sino tres lavabos.
Además, el aula conecta con un patio exterior que pronto contará con un horno para cerámica.
“Cuando entré aquí el primer día y vi los cables eléctricos, pensé ‘sí, esto es exactamente lo que quería’”, dijo Melvin.
El nuevo estudio de artes visuales es parte del proyecto de realineamiento para la Preparatoria Westbury, financiado con fondos de bonos excedentes del Programa de Bonos 2012. Este proyecto posibilitó la construcción de un ala de Bellas Artes de $6.2 millones y la renovación de las aulas de Bellas Artes originales construidas en 1961.
Casi toda el ala de Bellas Artes estaba completada a principios de año y con los alumnos en sus nuevas aulas desde octubre. El ala cuenta con nuevas aulas para la banda, la orquesta y los coros, que incluyen salas individuales de ensayo, además de un taller para piano, uno para el grupo de jazz, un taller de guitarra y un aula para reparar instrumentos.
También se ha agregado una nueva sala de discurso y debate, un estudio de danza con vestidores y se ha mejorado el teatro de caja negra existente.
La pandemia ha puesto limitaciones a la forma en la que se usan los espacios y todavía se están organizando algunos de ellos. Natalie Fischer, coordinadora Magnet de Westbury comentó que está feliz con las nuevas oportunidades que se brindarán a los estudiantes.
“Hemos subido el estándar de nuestro programa Magnet”, dijo Fisher. “Los alumnos ahora tienen acceso a más cosas y de mejor calidad. Abrirá caminos que antes no existían”.
Como punto final del proyecto se encuentra el auditorio de la escuela, de 59 años de antigüedad. La instalación de un nuevo sistema de sonido ya está casi completada, al igual que la iluminación, los asientos acolchados, la alfombra y la pintura azul y gris de los colores de la escuela que ya se exhibe con orgullo.
Jerri Nixon, director de la escuela, comentó que, aunque el auditorio esté renovado, el efecto no se sentirá totalmente hasta que las restricciones de distanciamiento físico desaparezcan.
“Cuando seamos capaces de llenar el espacio con sonido, estudiantes y una actuación, será cuando parecerá real”, dijo Nixon.