Suena el timbre, y de inmediato la charla de los estudiantes invade los pasillos de la Academia Jane Long, donde Berta Alicia Ontiveros, transmisor en mano y con una amplia sonrisa en el rostro, se va acercando a los jóvenes que, después del timbre de llegada tarde, se han quedado atrás.
«Vamos, corazón, que vas a llegar tarde», dice ella suavemente.
Ontiveros está terminando su tercer año de trabajadora social en HISD. Es parte del equipo de Jane Long, una escuela con un alumnado muy diverso donde se hablan varios idiomas. Para los estudiantes, de distintas culturas y orígenes, puede ser difícil adaptarse. Sigue leyendo