La tarde del martes, en el en el estadio olímpico de Tokio, Raevyn Rogers corría la primera vuelta de su carrera en último lugar. Pero en Houston, su madre sabía que su hija, por primera vez atleta olímpica, todavía no había hecho su gran movimiento.
“Pasó por la primera vuelta y yo todavía estaba sentándome”, dijo Rhonda Rogers. “Cuando empezó a moverse, me puse de pie. Le hablaba a la televisión como si ella estuviera enfrente mía”
La intuición de la madre demostró ser acertada tan solo unos momentos después. La atleta de 24 años, nacida en Houston, se puso en cabeza y terminó tercera, llevándose a casa una medalla de bronce en la carrera femenina de 800 metros lisos de los Juegos Olímpicos 2020.
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